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miércoles, 18 de diciembre de 2013

EEUU: Congreso aprueba presupuesto hasta 2015 tras años de desacuerdos

El esquivo acuerdo presupuestario en Estados Unidos superó este miércoles su última prueba en el Congreso, con la aprobación por mayoría en el Senado de unas cuentas que fijan el nivel de gastos federales hasta el otoño de 2015 y alejan el temor de una nueva 
EEUU: Congreso aprueba presupuesto hasta 2015 tras años de desacuerdosparálisis administrativa.

Con los votos a favor de 64 senadores (nueve de ellos republicanos) y la oposición de otros 36, el Senado consigue poner el sello final a un acuerdo bipartidista en el Congresoque llevaba resistiéndose desde 2009 y ponía en riesgo la confianza en la primera economía mundial.

Los senadores republicanos Ted Cruz, Marco Rubio y Rand Paul, cercanos al movimiento ultraconservador del Tea Party y vistos como posibles aspirantes a la candidatura presidencial en 2016, votaron en contra del acuerdo, al igual que el líder de la minoría republicana senatorial Mitch McConnell.

Obama tiene previsto firmar el presupuesto en cuestión de días para alejar definitivamente la amenaza de que el gobierno federal se quede sin fondos autorizados el 15 de enero, como ya sucedió en octubre durante más de dos semanas, algo que a toda costa la mayoría de congresistas quería evitar.

El presidente estadounidense celebró el acuerdo como "un paso que nos aleja de la visión cortoplacista y de un proceso de toma de decisiones que nos lleva a la crisis y a lastrar nuestra economía".

El plan contempla una reducción del déficit en 23.000 millones de dólares en un horizonte de diez años sin aumentar los impuestos y elimina 63.000 millones de los 85.000 millones de dólares en recortes automáticos que están en marcha desde marzo, un alivio especialmente para el Pentágono.

"Espero que el Congreso me envíe proyectos de ley que financien el gobierno y eviten batallas ideológicas", indicó Obama tras conocerse el resultado de la votación del Senado, que se produce una semana después de la llevada a cabo en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.

El acuerdo preliminar fue acordado a comienzos de mes por el congresista republicano Paul Ryan, presidente del Comité Presupuestario de la Cámara baja, y la senadora demócrata Patty Murray.

Ryan dijo hoy que la aprobación en el Capitolio de la ley presupuestaria demuestra "que ambas cámaras pueden encontrar una zona común y trabajar juntas", algo que raramente ha ocurrido desde que en 2010 los demócratas perdieran la Cámara de Representantes, la cual se renovará de nuevo el año próximo.

La nuevas cuentas reducen significativamente los duros recortes automáticos en Defensa, que no querían los republicanos, y deja casi intactos programas sociales que los demócratas no querían ver afectados, como Medicare (sanidad para jubilados) o Medicaid (asistencia sanitaria para familias de bajos ingresos).

Además, evita una subida de impuestos, a la que se oponían los republicanos en bloque, con ingresos alternativos por medio de un aumento de tarifas de seguridad aeroportuaria y menores beneficios a funcionarios y veteranos, algo fuertemente criticado por las asociaciones de exmilitares.

El nivel de gasto discrecional (el que se puede modificar año a año) se sitúa a medio camino entre lo que pedían los demócratas (1,058 billones) y los republicanos (967.000 millones), con 1,012 billones de dólares en el año fiscal 2014 y 1,014 billones de dólares en el ejercicio de 2015.

No obstante, el acuerdo marca niveles de gasto y detalla algunas partidas en general, pero serán necesarios nuevos debates para aclarar asignaciones de fondos, lo que promete largos debates, como los que durante los últimos años han agrandado la brecha entre los dos partidos mayoritarios.

Las facciones más conservadoras en asuntos fiscales se han opuesto a marcar niveles de gasto federal tan altos, especialmente con una deuda pública que no deja de crecer, mientras que los demócratas siguen criticando la oposición a prorrogar desde final de año las prestaciones por desempleo a más de un millón de estadounidenses.
Jairo Mejía
EFE