Varias viviendas en la localidad de Termeno, norte de Italia, fueron destrozadas por el desprendimiento de varias gigantescas rocas.
Unos 4.000 metros cúbicos de rocas, que se desprendieron de una altura de más de 750 metros, se precipitaron por un acantilado del pueblo, atravesando una propiedad de más de 300 años de antigüedad.
Afortunadamente, no había nadie ni en la vivienda ni en sus alrededores. Los habitantes de la casa han sido evacuados ante el riesgo de un nuevo deslizamiento, que dejó a todo el pueblo de Tremeno aterrorizado.
Herbert Trebo, el dueño de la casa, dijo que escuchó un ruido tremendo, "como si un tren atravesara el living".
Las rocas destruyeron un depósito con maquinaria agrícola y parte de la viña que cultiva Trebo.
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