Al menos cuatro personas murieron y cerca de 60, incluidos varios policías y dos periodistas extranjeros, resultaron heridas este martes en un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes antigubernamentales en Bangkok.
El incidente, en el que hubo disparos y explosiones, se produjo cuando la policía trató de desalojar uno de los campamentos de los manifestantes y arrestó a uno de sus líderes, Somkiat Pongpaibul, que más tarde fue liberado.
Un policía y un manifestante de 52 años murieron de un disparo, mientras que otros dos civiles perdieron la vida por causas aún por aclarar.
Además, varios agentes, manifestantes y dos periodistas extranjeros resultaron heridos, según el servicio de emergencia Erawan.
Un corresponsal de la Agencia Efe resultó herido leve al estallar un explosivo lanzado por un desconocido contra los manifestantes.
Las autoridades tailandesas señalaron que los policías fueron atacados con un lanzagranadas militar M79, ataque que los manifestantes niegan haber perpetrado.
Los violentos incidentes empezaron alrededor de las 11.00 de la mañana hora local (04.00 GMT) cuando un grupo de manifestantes antigubernamentales se enfrentaron a los antidisturbios y estos utilizaron sus bastones para abrirse paso hasta los tenderetes levantados por los congregados.
Algunas personas que secundan las protestas resultaron heridas, como se pudo ver en directo por la señal del canal de televisión Blue Sky, mientras las autoridades realizaban algunas detenciones.
Las autoridades utilizaron una excavadora para demoler parte de los muros levantados por los manifestantes.
La Policía tailandesa inició este martes una operación contra varios campamentos de manifestantes que desde el pasado 13 de diciembre ocupan varias avenidas y edificios gubernamentales en Bangkok.
Cerca de un centenar de manifestantes que ocupaban el Ministerio de Energía de Tailandia, entre ellos dos líderes antigubernamentales, fueron detenidos por violar el estado de emergencia y sin oponer resistencia a las autoridades, informó el Consejo de Seguridad Nacional.
La autoridades publicaron imágenes donde se podrían apreciar armas de fuego, bombas caseras y botes lacrimógenos supuestamente encontrados en las tiendas de campaña.
Esta es la primera detención en masa practicada por las autoridades tailandesas desde que comenzaron las protestas que piden la salida de la primera ministra interina, Yingluck Shinawatra, y en las que han muerto 12 personas y más de 600 han resultado heridas.
El ministro Charlem Yoobamrung, al cargo de las operaciones de seguridad, ordenó la retirada de los agentes tras recibir la orden de la jefa del Gobierno para evitar más derramamiento de sangre.
Los manifestantes antigubernamentales reiteraron que defenderán a toda costa los campamentos que mantienen en varios puntos de la capital, incluido un complejo gubernamental, el Ministerio del Interior y el entorno de la sede del Ejecutivo.
Los antigubernamentales exigen la creación de un consejo no electo que aborde una reforma del sistema político, que consideran corrupto y al servicio de los intereses del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck.
Por otra parte, la primera ministra tailandesa se enfrenta a otros frentes de problemas debido a las supuestas irregularidades del programa de subvenciones del arroz y a las elecciones boicoteadas por la oposición y los manifestantes el pasado 2 de febrero.
La Comisión Anticorrupción presentó cargos contra Yingluck por supuesta negligencia en el programa de arroz, criticado por sus detractores por el alto gasto que ha ocasionado a las arcas públicas y las alegaciones de corrupción.
Las autoridades también tratan de acordar un día para que voten aquellos electores que no pudieron ejercer su derecho al voto debido al boicot de los manifestantes antigubernamentales, que comenzaron las protestas el pasado octubre.
Tailandia arrastra una grave crisis desde el golpe militar incruento que depuso a Thaksin en septiembre de 2006.
Desde entonces, los detractores y partidarios del ex primer ministro, quien reside en el extranjero, recurren a movilizaciones populares para derribar al Gobierno de turno.
EFE