Si las elecciones presidenciales fueran hoy, muy seguramente los colombianos tendrían que definir quién será su próximo mandatario en una segunda vuelta en la que se da por descontado que estará el actual mandatario y candidato por la Unidad Nacional, Juan Manuel Santos. Así lo pronostican las últimas encuestas sobre intención de voto: Santos llevaría la delantera en la primera vuelta pero no le alcanzaría para ganar, ya que no conseguiría más del 50% de los votos en las elecciones del 25 de mayo.
Pero lo que no está todavía claro es quién le disputará a Santos la reelección. Dos encuestas realizadas por las firmas Datexco (16 de marzo) y Centro Nacional de Consultoría (25 de marzo) coinciden en que en la primera vuelta quedaría en segundo lugar Enrique Peñalosa, exalcalde de Bogotá (1998-2001) y en el tercero, el exministro Óscar Iván Zuluaga que es el candidato de la oposición uribista. Sin embargo, una realizada por Gallup, pone a Zuluaga en el segundo puesto, seguido de Peñalosa. Y una cuarta, realizada por Ipsos, arroja un empate entre tres candidatos para pelear en la segunda vuelta contra Santos.
A pesar de llevar la delantera (no más del 30%), el mandatario colombiano no tiene del todo garantizado que será elegido en segunda vuelta a pesar de tener el respaldo de los partidos que hoy, políticamente, son la mayoría en el Congreso: el liberalismo, la U y Cambio Radical. Al actual presidente le ha costado trabajo revertir las tendencias en las encuestas que lo muestran con poco respaldo, a lo que se suma el escepticismo frente al proceso de paz con la guerrilla de las FARC, epicentro de su campaña. De ahí que el mandatario haya insistido en que lo dejen “terminar la tarea”.
La oposición del expresidente Álvaro Uribe, quien formó su propio partido llamado Centro Democrático, ha sido la más aguda en contra de las negociaciones de paz en La Habana, pero su candidato, el exministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, no ha podido capitalizar el descontento de los colombianos con Santos. Una buena razón es porque Zuluaga no ha consolidado su propia imagen y en la opinión pública no se le ve con la talla de Uribe, que sí arrastra votación como quedó demostrado en las parlamentarias del pasado 9 de marzo en las que eligió 19 senadores y 12 representantes a la Cámara.
Por eso ha sido sorpresivo en las encuestas que el exitoso exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa (59 años), quien en el pasado se lanzó sin suerte a la presidencia y que perdió la alcaldía de la capital del país con el recién destituido Gustavo Petro, se perfile como el posible contrincante de Santos. Peñalosa, un economista que originariamente militó en el liberalismo, exrepresentante a la Cámara, exconcejal y académico, es recordado por los colombianos por sus ejecutorias como alcalde, cargo al que fue elegido avalado por un movimiento ciudadano, aunque ahora forma parte de la recién creada Alianza Verde.
Esta Alianza (antes Partido Verde) alcanzó en 2010 la segunda vuelta de las presidenciales con la candidatura de Antanas Mockus, algo que se conoció como la Ola Verde pero que perdió ante la maquinaria del partido de la U, que avalaba a Juan Manuel Santos. Peñalosa, no obstante, pese a que su paso por la alcaldía le valió ser reconocido como un experto en temas urbanos a nivel mundial, a lo que se había dedicado en los últimos años, regresó con fuerza tras alcanzar en la consulta interna de su partido, más de 2 millones de votos. Esto demuestra que tiene gran acogida en Bogotá (voto de opinión), pero no en las regiones y en especial en las zonas rurales donde es un personaje distante.
La Alianza Verde es un movimiento de centro, que ha hecho acuerdos políticos con un sector de izquierdas conocido como Progresistas, que fue el que eligió al destituido alcalde de Bogotá. Peñalosa ha declarado que en caso de que sea elegido presidente mantendrá las conversaciones de paz con las FARC que adelanta desde noviembre de 2012 el gobierno Santos en La Habana e incluso, dejará intacto el equipo negociador.
En estas elecciones también es importante destacar el regreso al ruedo de un candidato del partido conservador a través de la exministra de Comercio Exterior y Defensa, Marta Lucía Ramírez, que en las pasadas tres elecciones cedieron sus pretensiones para apoyar a Uribe y luego a Santos. El último presidente conservador fue Andrés Pastrana Arango (1998-2002) y su elección también estuvo marcada por la promesa de un cierre negociado al prolongado conflicto armado colombiano. Hoy ese partido está dividido por la figura de Ramírez, quien fue ministra de Uribe. Un sector de su partido impugnó su elección ante la autoridad electoral y busca respaldar a Santos en su reelección.
Otro partido que vuelve a presentar candidatos a la presidencia es el Polo Democrático con la fórmula de dos fundadoras de la extinta Unión Patriótica, UP, como son Clara López Obregón y Aida Avella. Aunque sin muchas opciones electorales, estas dos políticas han intentado unir y revivir a una izquierda que ha sido golpeada por los escándalos que terminaron con las destituciones de los dos últimos alcaldes de Bogotá, Samuel Moreno por corrupción y de Petro por su intento fallido de desprivatizar el sistema de aseo de la capital colombiana.
En el abanico electoral también hay que contar el voto en blanco que hasta hace poco venía punteando en las encuestas. Pero se ha empezado a desinflar, sin que esto signifique que las campañas despierten, por ahora, un entusiasmo significativo. Aún faltan dos meses para que el electorado colombiano se decante para decidir entre el continuismo de Santos y sus cuatro contendores.
EL PAIS