EFE.- Corea del Sur anunció hoy que desarrollará en los próximos años un nuevo modelo de satélite espía para vigilar a Corea del Norte y un sistema de misiles interceptores para contrarrestar la que considera amenaza del régimen de Kim Jong-un
El satélite, del que Seúl desarrollará con su propia tecnología cinco unidades a partir de 2020, servirá para obtener imágenes de Corea del Norte que puedan proporcionar información de inteligencia, indicó la agencia de adquisiciones militares del Estado (DAPA).
Los satélites, en cuyo desarrollo y producción Corea del Sur invertirá unos 983 millones de dólares, “no solo tendrán fines militares, sino que también ayudarán a predecir y gestionar mejor los desastres naturales”, aclaró a los medios un representante de la DAPA.
Los satélites se incluyen en el llamado Proyecto 425, que forma parte del plan de reforma de la defensa de Seúl para el período 2014-2030.
La agencia de adquisiciones surcoreana también anunció hoy un nuevo plan para desarrollar con tecnología propia misiles de largo alcance tierra-aire a modo de escudo para interceptar proyectiles norcoreanos.
Con un presupuesto similar al de los satélites, el sistema L-SAM, cuyos misiles se desarrollarán en torno a 2018 para comenzar la producción en 2023, está destinado a interceptar los proyectiles enviados por Corea del Norte a una altitud de 40 kilómetros o mayor.
Las Fuerzas Armadas de Corea del Sur ya poseen otros sistemas para derribar misiles del poderoso Ejército Popular del país vecino a alturas inferiores.
El anuncio sobre el nuevo refuerzo de la defensa de Corea del Sur podría generar protestas por parte de Corea del Norte, en un momento en que las relaciones entre ambos países están seriamente deterioradas.
Seúl y Pyongyang permanecen a día de hoy técnicamente enfrentados debido a que la Guerra de Corea (1950-53) finalizó con un armisticio y éste nunca ha sido reemplazado por un tratado de paz.
Los satélites, en cuyo desarrollo y producción Corea del Sur invertirá unos 983 millones de dólares, “no solo tendrán fines militares, sino que también ayudarán a predecir y gestionar mejor los desastres naturales”, aclaró a los medios un representante de la DAPA.
Los satélites se incluyen en el llamado Proyecto 425, que forma parte del plan de reforma de la defensa de Seúl para el período 2014-2030.
La agencia de adquisiciones surcoreana también anunció hoy un nuevo plan para desarrollar con tecnología propia misiles de largo alcance tierra-aire a modo de escudo para interceptar proyectiles norcoreanos.
Con un presupuesto similar al de los satélites, el sistema L-SAM, cuyos misiles se desarrollarán en torno a 2018 para comenzar la producción en 2023, está destinado a interceptar los proyectiles enviados por Corea del Norte a una altitud de 40 kilómetros o mayor.
Las Fuerzas Armadas de Corea del Sur ya poseen otros sistemas para derribar misiles del poderoso Ejército Popular del país vecino a alturas inferiores.
El anuncio sobre el nuevo refuerzo de la defensa de Corea del Sur podría generar protestas por parte de Corea del Norte, en un momento en que las relaciones entre ambos países están seriamente deterioradas.
Seúl y Pyongyang permanecen a día de hoy técnicamente enfrentados debido a que la Guerra de Corea (1950-53) finalizó con un armisticio y éste nunca ha sido reemplazado por un tratado de paz.