El Tribunal Supremo de Italia confirmó hoy la condena pronunciada contra el exdirector del diario Avanti, Valter Lavitola, por intentar extorsionar al ex primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, aunque redujo a dieciséis meses la pena de prisión que le había sido impuesta.
Lavitola pidió dinero al político italiano a cambio de no revelar detalles sobre sus fiestas con mujeres jóvenes, según la sentencia confirmada por el tribunal.
Con este veredicto, la Corte Suprema confirmó la pena de reclusión impuesta al hombre de negocios por parte del Tribunal de Apelación de Nápoles (suroeste) el pasado 6 de noviembre.
En primer grado, Lavitola, antiguo colaborador del magnate, fue condenado a dos años y ocho meses, por lo que la sentencia de hoy supone una reducción a la mitad de la pena inicial.
Según la Fiscalía, representada por el procurador Vito D"Ambrosio, el condenado exigió a Berlusconi enormes cantidades de dinero a cambio de no revelar detalles sobre las supuestas fiestas del mismo con mujeres jóvenes.
Y es que Lavitola fue testigo de primera mano de este escándalo a tenor de lo que indican las investigaciones, que le señalan como intermediario entre Berlusconi y el empresario Giampaolo Tarantini, encargado de conseguir las chicas para las fiestas del exmandatario.
Por este caso, el exdirector de Avanti fue arrestado en abril de 2012 en el aeropuerto romano de Fiumicino, procedente de Buenos Aires, donde se había refugiado después de haber estado en diferentes estados latinoamericanos.
Sobre él pesaba una orden de detención internacional emitida por el Tribunal de Bari (sur de Italia) por animar a prestar falso testimonio a Tarantini sobre las supuestas fiestas de Berlusconi bajo el pago de 500.000 euros.
Habitual en la crónica judicial italiana, Lavitola cuenta con múltiples procesos abiertos, sobre todo en relación con su supuesto papel de intermediario en prácticas corruptas entre empresas italianas y estados latinoamericanos, donde gozaba de una buena posición.
Es el caso del proceso que investiga la extorsión que Lavitola presuntamente ejerció a la constructora italiana Impregilo para que financiara la edificación de un hospital en Panamá, reclamada por el entonces presidente del país istmeño, Ricardo Martinelli.
Otro caso que vincula a Lavitola con Panamá es el que apunta a un supuesto episodio de soborno a autoridades panameñas por parte de la compañía Finmeccanica, que habría podido pagar a altos cargos del país centroamericano para conseguir licitaciones.
Actualmente, el condenado se encuentra recluido en la prisión napolitana de Poggioreale como medida cautelar.
EFE
Lavitola pidió dinero al político italiano a cambio de no revelar detalles sobre sus fiestas con mujeres jóvenes, según la sentencia confirmada por el tribunal.
Con este veredicto, la Corte Suprema confirmó la pena de reclusión impuesta al hombre de negocios por parte del Tribunal de Apelación de Nápoles (suroeste) el pasado 6 de noviembre.
En primer grado, Lavitola, antiguo colaborador del magnate, fue condenado a dos años y ocho meses, por lo que la sentencia de hoy supone una reducción a la mitad de la pena inicial.
Según la Fiscalía, representada por el procurador Vito D"Ambrosio, el condenado exigió a Berlusconi enormes cantidades de dinero a cambio de no revelar detalles sobre las supuestas fiestas del mismo con mujeres jóvenes.
Y es que Lavitola fue testigo de primera mano de este escándalo a tenor de lo que indican las investigaciones, que le señalan como intermediario entre Berlusconi y el empresario Giampaolo Tarantini, encargado de conseguir las chicas para las fiestas del exmandatario.
Por este caso, el exdirector de Avanti fue arrestado en abril de 2012 en el aeropuerto romano de Fiumicino, procedente de Buenos Aires, donde se había refugiado después de haber estado en diferentes estados latinoamericanos.
Sobre él pesaba una orden de detención internacional emitida por el Tribunal de Bari (sur de Italia) por animar a prestar falso testimonio a Tarantini sobre las supuestas fiestas de Berlusconi bajo el pago de 500.000 euros.
Habitual en la crónica judicial italiana, Lavitola cuenta con múltiples procesos abiertos, sobre todo en relación con su supuesto papel de intermediario en prácticas corruptas entre empresas italianas y estados latinoamericanos, donde gozaba de una buena posición.
Es el caso del proceso que investiga la extorsión que Lavitola presuntamente ejerció a la constructora italiana Impregilo para que financiara la edificación de un hospital en Panamá, reclamada por el entonces presidente del país istmeño, Ricardo Martinelli.
Otro caso que vincula a Lavitola con Panamá es el que apunta a un supuesto episodio de soborno a autoridades panameñas por parte de la compañía Finmeccanica, que habría podido pagar a altos cargos del país centroamericano para conseguir licitaciones.
Actualmente, el condenado se encuentra recluido en la prisión napolitana de Poggioreale como medida cautelar.
EFE