La península de Crimea, que Rusia se anexó en marzo, y la ciudad de Sochi, que albergó los últimos Juegos Olímpicos de invierno, podrán acoger casinos y juegos de azar, según una ley promulgada el miércoles por el presidente ruso.
Gracias a esta nueva ley, Crimea, que pertenecía a Ucrania antes de la crisis, podría ingresar hasta 25.000 millones de rublos (unos 527 millones de euros) al año y reorientar su economía, según estimaciones de expertos citados por la agencia de prensa rusa Itar-Tass.
Los parlamentarios rusos votaron la ley el pasado 4 de julio con el objetivo de estimular la economía de la península, muy sacudida por la crisis entre ambos países.
Según declaró en abril uno de los dirigentes de Crimea, Rustam Temirgaliev, la península “tiene muchas posibilidades de obtener un estatuto mundial y de hacer la competencia a territorios como Macao, Mónaco o Las Vegas”.
Sochi por su parte entrará a formar parte de una zona de juego que ya existe en Krasnodar, una región del sur de Rusia. Con esta decisión, el Estado quiere rentabilizar las instalaciones deportivas que costaron más de 50.000 millones de dólares.
Hasta ahora Rusia sólo contaba con cuatro zonas donde los juegos de azar están permitidos, desde la promulgación en 2009 de reglas severas sobre esa actividad económica.AGENCIA