El número de jóvenes trabajadores chinos que mueren súbitamente mientras duermen sin tener problemas médicos en su historial ha aumentado sustancialmente en la última década en la urbe industrial sureña de Dongguan, lo que dispara las alertas sobre las condiciones laborales en las fábricas de la ciudad.
Una investigación realizada por la Escuela de Medicina de Zhongshan, situada en la provincia meridional de Cantón, así lo asegura, según publica hoy el diario South China Morning Post, que divulga los datos del estudio.
Entre ellos, registra que 893 personas murieron de forma repentina al dormir entre enero de 2001 y octubre de 2013, más del triple que los 231 casos similares contabilizados entre enero de 1990 y diciembre de 1999, según cifras de la policía provincial.
Más del 50 por ciento de los fallecidos contaba con entre 21 y 40 años al morir, y nueve de cada diez víctimas son hombres.
Las autopsias de las muertes de los trabajadores no revelan ninguna enfermedad fatal o herida mortal, y normalmente las víctimas experimentaron una abrupta dificultad respiratoria antes de fallecer, aunque la causa final no resulta clara.
Los investigadores prestaron atención al asunto cuando vieron que un grupo creciente de trabajadores emigrantes murieron en pleno sueño en 1990, y decidieron continuar con las pesquisas.
Según éstas, sus casos cumplen el patrón de estudios internacionales que sugieren que los trabajadores manufactureros jóvenes son los que sufren el mayor riesgo, que es el caso del 90 por ciento de los fallecidos en Dongguan durante el periodo citado.
Afirma también que las largas jornadas laborales, así como la insalubridad y la poca ventilación en los pequeños espacios en los que viven y trabajan son muy perjudiciales para la salud de los empleados.
Además, las organizaciones de defensa de los trabajadores se quejan de que es muy duro ayudar a las familias de las víctimas a conseguir indemnizaciones, ya que el concepto de exceso de trabajo no está contemplado por la ley china.
Dongguan acaparó la atención el pasado abril debido a las masivas protestas contra Yue Yuen, el mayor fabricante de zapatillas del mundo, que paralizaron durante dos semanas la producción en siete de sus diez plantas en la ciudad.
La protesta contra Yue Yuen, proveedora de multinacionales como Nike y Adidas, mantuvo hasta a 60.000 trabajadores en huelga durante dos semanas para reclamar el pago de su cuota correspondiente de seguridad social y de ayudas a la vivienda, entre otras.
La huelga de Dongguan, uno de los principales núcleos de la industria china, es un ejemplo más de la nueva oleada de luchas obreras que se están produciendo en el país asiático debido a la precariedad laboral a la que se enfrentan los trabajadores, sobre todo los emigrantes de otras provincias.
Según las investigaciones de China Labour Bulletin, las huelgas han aumentado casi un tercio en el primer trimestre de 2014 respecto al año anterior, si bien advierten de que las autoridades cada vez responden "con mayor dureza" a esas reivindicaciones.