(Caracas, 15 de agosto – AFP).- Los habitantes de la Franja de Gaza llevaron a cabo por primera vez desde el inicio de la guerra la tradicional oración del viernes sin temer los bombardeos israelíes, que mataron a casi 2.000 palestinos en poco más de un mes.
Desde el lanzamiento de la ofensiva israelí el 8 de julio, los habitantes de la ciudad de Gaza no habían podido cumplir con uno de los cinco pilares del islam sin temer morir.
Como en otros lugares de este superpoblado enclave palestino de 362 km2, los supervivientes del campo de refugiados de Shati acudieron a la mezquita gracias a un alto el fuego de cinco días entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, menos precario que los anteriores.
A pesar de que los bombardeos israelíes sólo dejaron en pie una tercera parte del edificio de hormigón, algunos hombres desplegaron su alfombra para rezar a la sombra de un inmenso minarete volcado y sustentado ahora por los edificios circundantes.
“Venimos a rezar entre las ruinas, incluso si tenemos que morir“, dijo Asad Abdo, un vecino. “La mezquita está destruida sin motivo, pero nosotros no nos marcharemos y la reconstruiremos”, apunta Eyad Redwan.
Los ataques israelíes destruyeron decenas de mezquitas como esta, cuyo imán insta durante el rezo a la destrucción de Israel. El Estado israelí justificó sus ataques contra estos edificios religiosos, ya que, según él, los combatientes palestinos se escondían allí para lanzar sus cohetes contra el territorio israelí.
Desde el lunes, israelíes y palestinos mantienen un alto el fuego, que se prolongó hasta el próximo lunes a medianoche. Para los gazatíes, esta tregua es la más larga de esta guerra, que ha dejado casi 2.000 palestinos muertos.
Asimismo, 64 soldados israelíes perdieron la vida y los cohetes lanzados desde Gaza mataron a tres civiles en territorio israelí.
La prolongación del alto el fuego o una eventual tregua duradera depende de las arduas negociaciones entre israelíes y palestinos en El Cairo, con la mediación de Egipto.
Tensión con Washington
La delegación palestina -Hamas, sus aliados de la Yihad Islámica y la Autoridad Palestina- y los negociadores israelíes abordan puntos tan conflictivos como la desmilitarización del enclave palestino o el levantamiento del bloqueo impuesto por Israel a la Franja de Gaza en 2006.
Las negociaciones podrían retomarse este sábado en El Cairo. Un acuerdo “sólo es posible si se garantiza la seguridad de Israel”, dijo un responsable gubernamental a la AFP.
En Israel, la clase política y los medios de comunicación estaban preocupados el viernes sobrelas consecuencias de la guerra en las relaciones con su aliado estadounidense.
Según el Wall Street Journal, los dirigentes estadounidenses, ya preocupados por la desproporción de los medios empleados durante la ofensiva israelí, descubrieron ahora que Israel recibió municiones del Pentágono sin la aprobación de la Casa Blanca ni del Departamento de Estado.
Desde entonces, Washington habría reforzado los controles sobre estas entregas de armas, si bien la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, precisó esta información e indicó que,respecto al envío de armamento, Estados Unidos no ha cambiado su política.
Para Harf, la supervisión de la entrega de armas es habitual en casos como la “crisis en Gaza”.
Según el diario israelí Haaretz, los israelíes intentan actualmente desactivar la tensión para conseguir el levantamiento de las restricciones a la entrega de armas. “Discutimos con ellos para intentar restablecer la situación”, dijo un alto responsable citado por el rotativo.
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha defendido el uso de la fuerza contra los cohetes de Hamas, pero ha mostrado reiteradamente su preocupación por el elevado coste humano de la campaña israelí y, en especial, por el bombardeo de una escuela de Naciones unidas.
Según la ONU, el 72% de los muertos palestinos en esta campaña eran civiles, entre ellos, 469 niños.