El número de muertos por el ébola en Guinea, Sierra Leona y Liberia supera ya los 5.000, indicó este jueves el jefe de la Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia al Ébola (UNMEER).
Anthony Banbury y el enviado especial de la ONU para el ébola, David Nabarro, rindieron un informe a los Estados miembros de Naciones Unidas en la sede de la Organización en Nueva York.
Ambos destacaron los avances logrados hasta el momento en cuanto a la diseminación del virus, pero advirtieron que las cifras reales podrían no ser tan alentadoras puesto que hay muchos casos no reportados.
Banbury se refirió a los desafíos que afrontan tanto los gobiernos de los países afectados como la UNMEER frente a una enfermedad tan esquiva y de rápida transmisión como el ébola.
"Uno de los grandes retos es conseguir buena información, saber dónde tenemos que estar. Necesitamos actuar de una forma en que no persigamos el padecimiento, sino que nos adelantemos a él. El ébola es un enemigo feroz y no le ganaremos yendo detrás, debemos adelantarnos", puntualizó.
Explicó que para ello la Misión precisa mayor dispersión geográfica y más movilidad, así como una capacidad rápida de respuesta.
En cuanto a las principales necesidades de la UNMEER, Banbury señaló que requiere más personal y que hacen falta más centros de tratamiento, más socios en el terreno para gestionar esos centros, más vehículos para movilizar a los equipos y dinero.