Nota de prensa).- Un total de 26.518 armas fueron destruidas durante el año 2014 en el marco del Plan de Desarme Voluntario promovido por el Gobierno nacional, que apuesta por un territorio libre de armas y por la recuperación de espacios para la paz, la vida y la sana convivencia.
Junto a las comunidades organizadas y los cuerpos de seguridad del Estado, las acciones van dirigidas a la consolidación de estrategias para el desarme de la población civil.
La ministra del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, informó en su cuenta de la red social twitter @gestionperfecta, que también fueron inutilizadas 18.452 armas en 181 actos desarrollados en el 2014.
El esfuerzo mancomunado de las instituciones del Estado, cuerpos de seguridad y la ciudadanía en general debe converger en la concientización y sensibilización ante la necesidad del desarme.
En estos procedimientos de inutilización y posterior destrucción, ejecutados en el Complejo Siderúrgico Nacional, ubicado en el estado Lara, de los cuales se obtiene material ferroso,tienen un final positivo que es la fabricación de cabillas para la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Otra medida que se suma a este propósito fue la promulgación del Reglamento de la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones, publicada en Gaceta Oficial extraordinaria No. 6.129, el pasado 8 de abril del año que culmina. La Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones fue anunciada en junio de 2013.
Esta última normativa legal compuesta por 126 artículos, prohíbe la difusión publicitaria de armas y explosivos; califica los distintos tipos de armas y además los portes; crea registro automatizado de armas, que es coordinada por la Fanb y penaliza entre 20 y 25 años de prisión por el porte ilícito y el tráfico ilegal.
Además, garantiza la exclusividad del proceso de comercialización al Estado; involucra a todos los niveles de gobierno, hasta los Consejos Comunales dentro del Plan de Desarme Nacional; crea el Fondo para el Desarme, que será administrado por el Ejecutivo, con apartado presupuestario y financiero con proyectos de prevención y establece el desarme voluntario yfavorece medidas de amnistía para quienes no estén involucrados en delitos de gravedad.
Para el mes de septiembre, el Presidente de la República, Nicolás Maduro, firmó el Plan Nacional de Desarme, cuyo objetivo es garantizar la entrega voluntaria de armas de fuego y/o municiones, en posesión de personas naturales y jurídicas que se encuentren en el territorio nacional; con miras a disminuir la ocurrencia del delito por el uso de éstas.
En esa oportunidad, precisó que este Plan forma parte de un conjunto de iniciativas que van todas armónicamente juntas con los Cuadrantes de Paz, Movimiento por la Paz y la Vida y la incorporación de los jóvenes a Barrio Adentro Deportivo. Informó además sobre los 60 puntos establecidos para la entrega voluntaria de armas.
“Estamos construyendo la paz desde adentro y, para ello, hace falta ir al desarme, para coronar el proceso de paz. Hace falta que este desarme se haga con la colaboración de la juventud desde su conciencia”, destacó el presidente Maduro.
En materia de incentivos, hasta la fecha se han entregado 227 a quienes se desarmaron voluntariamente.
Las personas beneficiadas recibieron incentivos como: becas de estudio, neveras, computadoras, televisores, equipos deportivos, motos, entre otros enseres, así como financiamientos para consolidar proyectos socioproductivos y ayudas médicas.
Martín Gaspar Moreno, recibió una laptop y una tableta, luego de entregar voluntariamente un revolver y un rifle, a su juicio “lo mejor es ceder estas armas al Gobierno, porque son los únicos que pueden tenerlas, un armamento en el hogar genera peligro”.
Las armas en la calle en manos de civiles constituyen un verdadero peligro y un riesgo innecesario, por lo que el Ejecutivo nacional exhorta a la población a unirse al Plan Nacional de Desarme Voluntario. Ya lo dijo el Papa Francisco en la Jornada Mundial por la Paz: Renuncien a la vía de las armas y vayan al encuentro del otro con el diálogo, el perdón y la reconciliación para reconstruir a su alrededor la justicia, la confianza y la esperanza.