El Estado aceptará limitar las pérdidas a asumir por Bankia por las reclamaciones judiciales relacionadas con la salida a Bolsa. Economía calcula que las indemnizaciones a asumir no superarán los 500 o 600 millones en total y está dispuesto a blindar a Bankia con solo un 38% de esa cantidad, según explicó el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista a la agencia Reuters. Con ello, se estima que Bankia tendría que asumir de 200 a 250 millones de euros como máximo. Cualquier reclamación por encima de esa cifra sería asumida por su matriz, BFA, propiedad al 100% del Estado a través del fondo estatal FROB
"La cuestión fundamental es quién asume la primera pérdida. La cifra que se va a dar será menor que el potencial de generación de beneficio de Bankia y tiene que ser una cifra que elimine todas las incertidumbres", dijo Luis de Guindos en una entrevista a Reuters. El ministro explicó que en los próximos días se anunciará el acuerdo sobre el reparto de costes entre Bankia y su matriz BFA.
La agencia Reuters publicó inicialmente que el ministro había dicho en la entrevista que la filial cotizada asumiría las primeras pérdidas, que cálculos iniciales situaban en un tope máximo de entre 500 millones y 600 millones de euros y que solo a partir de esa cifra, sería la matriz la que pagase las eventuales compensaciones. Sin embargo, fuentes de Economía señalaron más tarde que se trataba de un malentendido y que los 500 o 600 millones era la estimación del coste total a asumir entre BFA y Bankia y que el tope para Bankia estaría en torno a 200-250 millones. En todo caso, se trata de estimaciones ante una eventual pérdida que aún no se conoce, pues dependerá de los procesos judiciales.El ministro de Economía español también se mostró convencido de que, incluso asumiendo estos costes extraordinarios, la entidad sería capaz de poder pagar dividendos en 2015 y seguir adelante con su plan estratégico acordado con Bruselas.
La presentación de demandas se ha acelerado después del informe de los peritos judiciales elegidos por el Banco de España que señalaban que las cuentas con que Bankia salió a Bolsa no eran correctas y después de que el propio Guindos responsabilizase al Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Un reparto porcentual incierto
"La distribución (del pago de las compensaciones) se hará fundamentalmente según los porcentajes de capital", dijo De Guindos, que añadió que BFA asumiría un 62% del coste, el equivalente a su participación en Bankia, mientras que la entidad cotizada asumirá el 38% restante. En realidad, si lo que se fija es un tope a asumir por Bankia, el reparto porcentual dependerá de cuál sea la cuantía final de indemnizaciones a asumir.
Por ejemplo, si Bankia asume las primeras pérdidas hasta 250 millones y la cuantía final es de 200 millones, Bankia asumiría el 100%. En cambio, en ese mismo supuesto, si las indemnizaciones suben a 1.000 millones, Bankia asumiría el 25%. El reparto del que habla el ministro solo se cumpliría si el Estado aceptase exactamente cuántas demandas se van a presentar y cuántas va a perder el grupo BFA-Bankia.
La solución de que sea la matriz y no el banco cotizado el que asumiera la mayor parte de las potenciales pérdidas y de que se limitase el impacto máximo a asumir por Bankia para no dañar la cotización era por la que apostaba desde el principio el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, como adelantó EL PAÍS el pasado 10 de diciembre. La tesis era que la incertidumbre podía castigar al valor en Bolsa y acabar costando más a los accionistas, el primero de los cuales es el propio Estado.
Cuando Goirigolzarri apuntó a que el grupo no necesitaría más ayudas públicas para hacer frente a eventuales reclamaciones, se cuidó muy mucho de decir que el grupo BFA-Bankia (y no solo Bankia) tenía "músculo suficiente para hacer frente a esa eventualidad sin pedir dinero a los contribuyentes".
Goirigolzarri no entró entonces en matices sobre si era en BFA o Bankia quien debía asumir la factura, pero al citar las dos, y al ser en la matriz donde hay un mayor exceso de recursos propios, se deducía que apuntaba a una solución en esa línea.
EL PAIS