Cayo Casio, Marco Junio Bruto y Décimo Junio Bruto organizaron una conspiración en la que, según Suetonio, participaron más de sesenta personas que se hicieron llamar “los Libertadores”.
Así, en pleno Senado, cayó asesinado uno de los más famosos políticos y militares de la historia. El temor de sus victimarios era que su levantara como emperador dadas sus pretensiones autocráticas.
De todas formas, la República romana no pudo seguir prosperando porque, en el asesinato de César, su sobrino César Augusto halló la excusa perfecta para hacerse emperador. Así, la muerte de Julio César solo desencadenó en una etapa de autocracias absurdas que solo cayeron llevándose al pueblo por delante a través de siglos de lujos y autodestrucción. Este domingo 15 de marzo se cumplen 2059 años del día en que Julio César dijo sorprendido a uno de sus traidores: “Bruto, ¿tú también, hijo mío?“.
