Líder de una banda de rock, atractivo y vibrante, el exgobernador Martin O'Malley presume de gestión y liderazgo para convertirse en el candidato demócrata más moderado para la Casa Blanca, frente a una Hillary Clinton afín al "establishment" y un Bernie Sanders escorado hacia la izquierda.
Tras un año y medio de actos de precampaña, O'Malley, de 52 años y gobernador de Maryland entre 2007 y 2015, anunció hoy sus intenciones de conquistar la Presidencia con una agenda progresista que incluye legalización del matrimonio homosexual, control de las armas y más derechos para los inmigrantes indocumentados.
El escenario fue el Federal Hill Park de Baltimore (Maryland), el enclave portuario que regentó como alcalde durante ocho años y que podría convertirse en el mayor enemigo de su campaña tras las tensiones que sacudieron a la ciudad hace un mes, después de la muerte bajo custodia policial del joven negro Freddie Gray.
Durante su mandato como primer edil, O'Malley aplicó una política de "tolerancia cero" contra el crimen y el tráfico de drogas, que llevó a la Policía de Baltimore a detener, en un solo año, en 2005, a más de 108.000 personas (un 16 por ciento de la población).
Como gobernador, O'Malley promovió la legalización del matrimonio homosexual en Maryland e impulsó una versión del "Dream Act" (ley que regulariza la situación de jóvenes inmigrantes indocumentados) para que los estudiantes sin papeles del estado pagasen el mismo precio por las matrículas universitarias que el resto de la población estudiantil.
Con un currículum marcado por la justicia social, el tercer demócrata en anunciar sus aspiraciones para la Casa Blanca se diferencia de su rival más inmediata, Hillary Clinton, por sus fervientes críticas a los excesos y privilegios de Wall Street, donde aspira a instaurar un mayor control.
"Las ayudas a Wall Street doblaron la cantidad de dinero que cada padre y madre trabajando a tiempo completo por el salario mínimo consiguieron llevar a casa. La economía no debería de funcionar así", critica el exgobernador en uno de sus vídeos de precampaña, en los que suele adornar su traje con una chapa de la bandera de EEUU.
No obstante, con sus críticas, O'Malley no llega a la beligerancia de su otro rival para la nominación, el senador Bernie Sanders, un veterano senador independiente de 73 años que no teme definirse como "socialista" en Estados Unidos.
Con estas afirmaciones, O'Malley pretende cortejar al ala más progresista de su partido, cuya figura favorita para la Casa Blanca es la senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, que ha asegurado que no competirá por la Presidencia en 2016, aunque ha evitado respaldar, por el momento, a cualquier candidato.
El político roquero
Nacido en Washington, el exgobernador muestra un perfecto conocimiento de las dinámicas de la capital federal y, por eso, no duda en darle a su imagen un aire de "Hollywood" con su banda de música céltica y rock "O'Malley's March", que lidera desde 1988.
Con las encuestas en contra, O'Malley, en un inevitable papel de segundón, se percibe a sí mismo como Gary Hart, un senador para el que trabajó con 20 años y que rozó la victoria en las presidenciales de 1984 frente al favorito para la nominación demócrata Walter Mondale, vicepresidente entre 1977 y 1981.
Desde su escalón de político local, O'Malley respaldó a Clinton cuando compitió por la Casa Blanca en 2008, pero ahora, según aseguró en una reciente entrevista, "se necesitan nuevas perspectivas y un nuevo liderazgo".
Y él, cargado de estadísticas, está preparado para convencer a los demócratas de que es el líder que están buscando.
EFE