(Santiago de Chile, EFE).- ¿Y Todo eso cobra por apretar un simple tornillo?, suelen preguntar las amas de casa al recibir la cuenta de cobro del especialista que se ocupa de la red de agua, luz o electricidad, de la calefacción o de algún aparato electrónico.
Es común que el debate termine con la simple y doblemente irónica respuesta del experto: “Por apretar un tornillo no, mi señora. Por saber qué tornillo apretar”.
Un poco así es el técnico venezolano Noel Sanvicente.
Sin mucho aspaviento supo el domingo en Rancagua qué pieza ajustar para garantizar el buen funcionamiento de Venezuela y la victoria merecida por 0-1 en su debut en la Copa América.
Y con la obligación de pagar la costosa cuenta ha quedado la selección colombiana, que hoy ha comenzado a trabajar a paso redoblado para evitar que esa visita de la Vinotinto en la primera jornada del grupo C, que completan Brasil y Perú, al final no le lleve a hipotecar su futuro en el torneo.
‘Chita’, como es conocido este hijo ilustre de San Félix que el 21 de diciembre cumplirá 51 años,dice haber utilizado recursos muy pragmáticos para descarrilar una selección que solo en los derechos deportivos de James Rodríguez, Radamel Falcao García, Juan Cuadrado y Jackson Martínez reúne 185 millones de euros.
Jugadores solidarios y ordenados agrupados en una línea posterior de cuatro y una medular de cinco así como un punta dispuesto a fastidiar a sus custodios para “no dejar pensar a Colombia”.
Fue, dijo él al término del partido jugado en el estadio El Teniente, “un trabajo de hormiguita” que logró con creces el objetivo de “hacer sentir incómodos” a sus rivales.
Términos sencillos y nada técnicos de un técnico para la fácil comprensión de toda ama de casa interesada o no en el fútbol.
Desde otro ángulo queda claro que los jugadores de Venezuela y Colombia pasan por momentos futbolísticos diametralmente opuestos.
El portero Alain Baroja, una apuesta del entrenador de 50 años, así como el zaguero Osvaldo Vizcarrondo, el defensor reconvertido en lateral zurdo Fernando Amorebiata, los mediocentros Tomás Rincón y Juan Arango formaron una granítica estructura defensiva que ahogó literalmente a las más mediáticas figuras colombianas.
Peor para los laterales colombianos Camilo Zúñiga y Pablo Armero y el zaguero Cristian Zapata, sin muchos minutos en sus equipos y que fueron por momentos presas fáciles del desborde y la agilidad de Ronald Vargas y Salomón Rondón.
El delantero del Zénit ruso se ha convertido en una suerte de ‘bestia negra’ de los colombianos, pues en los dos últimos partidos oficiales, el del domingo en el comienzo de la Copa América, y el de hace dos años y tres meses al promediar las eliminatorias de Brasil, marcó el gol de cada victoria.
Peor para Colombia, que al recibir la visita de Venezuela se encontró con viejos conocidos de su Liga. Además de Vizcarrondo, que militó en el Once Caldas, tuvieron el gusto de exhibirse Alejandro Guerra, un medio que desata amores y pasiones en Atlético Nacional, y el extremo Luis Manuel Seijas, que en la última temporada no logró espacio en el once del Independiente Santa Fe.
Sanvicente tiene claro que “esto apenas comienza” y que en su programación de servicios, la Vinotinto tiene pendiente el miércoles un compromiso en Valparaísopara probar el funcionamiento de Perú, y cerrará el día 21 en Santiago con otro al siempre complejo sistema de Brasil.
Solo hasta entonces se sabrá si supo apretar los otros tornillos y pasar de fase, como es su primer objetivo en Chile