Un número cada vez mayor de países ha ratificado un acuerdo internacional para combatir la pesca ilegal y la FAO ayuda a muchos de ellos a implementar medidas en los puertos contra esa actividad.
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada cuesta entre 10.000 y 23.000 millones de dólares a la economía mundial e impacta negativamente la gestión de las poblaciones de peces.
Ante la magnitud del problema, la FAO negoció en 2009 un acuerdo con medidas para prevenir, desalentar y eliminar ese tipo de pesca.
El acuerdo entrará en vigor cuando 25 Estados lo hayan ratificado. Hasta el momento, 13 países lo han hecho.
El instrumento promueve la colaboración entre pescadores, autoridades portuarias, guardacostas y fuerzas navales para reforzar las inspecciones y procedimientos de control en los puertos y en las embarcaciones.
También permite a los estados evitar que los barcos desembarquen las capturas derivadas de la pesca ilegal, independientemente de la bandera que porten.
La pesca ilícita -que incluye operar sin autorización, capturar especies protegidas, utilizar aparejos ilegales y violar los límites de cuota- puede alcanzar hasta 26 millones de toneladas anuales de pescado al año, más del 15% de la producción mundial.
Además del daño económico, esa pesca plantea riesgos para la biodiversidad local y la seguridad alimentaria en muchos países.