Con la victoria de hoy en la segunda ronda del Abierto de China, la española Garbiñe Muguruza está a tan solo una victoria de clasificarse para la serie final de la WTA en Singapur y para ello intentará hacer un esfuerzo extra en Pekín, donde los seguidores chinos la llaman cariñosamente “Mogu” (“seta” en mandarín).
Sorprendida de enterarse de las dos cosas -de que los chinos la llaman “Seta” y de que está ya a las puertas de Singapur- Muguruza aseguró en rueda de prensa que buscará la victoria en los octavos del torneo de Pekín, donde su rival será la italiana Sara Errani o la alemana Andrea Petkovic.
“Poder estar allí (en Singapur) es una gran motivación, me gustaría poder estar después en las vacaciones y pensar que tuve un gran año, que me esforcé lo más posible”, señaló la hispano-venezolana en un perfecto inglés.
Muguruza llegó la semana pasada a la final del torneo de Wuhan (China) ante Venus Williams, pero se retiró por lesión en el tobillo izquierdo, algo de lo que cree estar prácticamente recuperada.
“Estoy mucho mejor después de tres días, bastante feliz por la mejora… Aún siento algo allí, pero bueno, hay que jugar”, subrayó la española, quinta en el ránking de la WTA y también quinta cabeza de serie en Pekín.
Muguruza también habló de su entrenador provisional para la gira asiática, Sam Sumyk, a quién contrató tras prescindir de Alejo Mancisidor después de un discreto paso por los torneos estadounidenses.
“De momento estoy muy contenta, decidimos probar en esta gira porque es un buen test, al final de la temporada, donde no se esta tan fresco”, subrayó Muguruza.
“Las cosas van muy bien, quedan dos torneos para finalizar la gira y nos sentaremos luego a ver si damos el paso o no de trabajar el año que viene”, añadió.
La tenista también bromeó con el nuevo apodo que le han dado los chinos: “Mi padre solía llamarme seta, porque son bonitas pero si comes algunas puedes morir”, subrayó entre risas.
Fuente: EFE