“Una invitada especial. ¡Un vuelo chárter desde Anchorage! ¿Quién podría ser?”, se preguntaba Donald Trump el domingo por la noche en su página de Facebook. Por si no estuviera bastante vibrante la cuenta atrás hacia Iowa, el candidato republicano a la Casa Blanca mejor situado en las encuestas advertía esta mañana de martes de un “anuncio importante”.
Al caer la tarde, Sarah Palin daba su apoyo al controvertido empresario con aspiraciones presidenciales. Ex gobernadora de Alaska, Palin fue candidata a la vicepresidencia en 2008 de la mano de John McCain. La que fuera reina sin corona del ultraconservador Tea Party tuvo durante aquella campaña un estilo similar al que pone en escena cada día el multimillonario de Nueva York: culto a la personalidad y fascinación del público sobre ellos.
"Ustedes se merecen lo mejor", declaró Palin a la audiencia que la recibió con vítores en Ames (Iowa). "Estoy aquí para dar mi apoyo al próximo presidente de Estados Unidos", confirmó el icono conservador que es Palin. "Estoy orgullosa de apoyar a Donald Trump como presidente", dijo.
Trump se mostró honrado por el apoyo de la exgobernadora. "Es una amiga y una persona de gran calidad a quien tengo un enorme respeto. Estoy orgulloso de su respaldo", afirmó por su parte el magnate.
En una campaña tan reñida como ya es la de 2016, a menos de dos semanas de que se inicie el caucus de Iowa, nadie da puntada sin hilo. Si Trump recluta a Palin a su favor es en detrimento de alguien. En este caso, quien pierde es Ted Cruz, quien está a muy corta distancia de Trump en las encuestas de Iowa. Desde su campaña salieron las primeras declaraciones cuando el anuncio era todavía un rumor. “Creo que será un revés para Sarah Palin”, decía Rick Tyler, portavoz del senador de TExas. “Sarah Palin ha sido siempre adalid de la causa conservadora y si apoya a Donald Trump, desgraciadamente, estará apoyando a alguien que ha mantenido toda su vida posiciones progresistas sobre la santidad de la vida, del matrimonio o sobre abortos”.
Palin apoyó a Cruz para el Senado en 2012, durante los últimos años de prominencia del Tea Party, y ha elogiado siempre a ambos candidatos. En septiembre del año pasado, los tres compartieron mitin a los pies del Congreso de Washington para posicionarse contra el acuerdo firmado por la Casa Blanca con Irán. El pasado noviembre, la incombustible Palin declaró que existía “una posibilidad real” de que Trump se convirtiera en el próximo presidente de Estados Unidos. Semanas después, cuestionada por quién era su favorito, Palin esquivó la pregunta contestando que no iba a elegir pero que sería “un bonito problema” si la elección se reducía a Cruz o Trump.
La excandidata a la vicepresidencia lleva una larga temporada fuera del foco de la política y, sin duda, agradecería volver a situarse en el centro de la noticia. Según los últimos sondeos realizados al respecto -del año 2013-, solo un 35% de los norteamericanos tenía una opinión favorable de la exgobernadora. Sin embargo, esa cifra subía hasta el 61% cuando la pregunta la respondían republicanos.EL PAIS