A
juicio del Dirigente Regional del PSUV, Luis Figuera, la aplicación de la carta
Democrática de la OEA, no aplica para la
actual situación política que se vive en Venezuela, ya que no hay una violación
de la constitucionalidad del país, y lo que se pretende es usarla como un arma
coercitiva contra el gobierno.
El
antecedente de la aplicación de la carta Democrática más cercano, es el caso de
Honduras, donde hubo un golpe de estado, y sin embargo la OEA mantuvo una
actitud de abierta complicidad con los golpistas que desalojaron del gobierno
al presidente Celaya.
El
dirigente rojo señaló que en el caso de Venezuela la diatriba política entre la
Asamblea Nacional, y el Ejecutivo, se ha venido superando a través del Tribunal
Supremo de Justicia, que está facultado según la constitución venezolana para
arbitrar este tipo de situaciones.
El
único artículo que se puede invocar para la aplicación de la Carta Democrática,
es el número veinte que habla de una violación de la constitución de un
país, lo cual no ha sucedido en
Venezuela, por lo que cualquier llamado en este sentido es un hecho netamente
político.
La
intención de llevar el caso Venezuela a
la OEA, es con el objetivo de tratar de dar soporte jurídico a las
declaraciones injerencistas de Jhon Kerry, y preparar un ambiente favorable
para que el jefe del comando Sur, siga incrementando la guerra de terror
psicológico contra nuestra nación.
La
Carta Democrática es simplemente una resolución, que se creó con la finalidad
de tratar de ayudar a países donde existieran violaciones al orden Democrático,
sin embargo voceros de los Estados
Unidos, pretenden utilizarla como mecanismo jurídico, que permita imponer el
terror a otros pueblos.
Por
ser una resolución el carácter de la Carta Democrática no contempla el uso de
la fuerza, pero en el caso de Venezuela, se convierte en un mecanismo
internacional que mediáticamente se utiliza para justificar, los mecanismos de
Guerra no convencional que se usan contra el país.
Para
finalizar el Dirigente del PSUV, exhorto a la población venezolana a mantener
la calma y a no ceder a las presiones psicológicas del comando Sur de los
Estados Unidos, y rechazar en la calle movilizados cualquier intención
injerencista que pretenda propiciar un golpe en Venezuela.