El director del Departamento de Asuntos Monetarios y Mercados del Fondo Monetario Internacional (FMI), José Viñals, ha instado a seguir con los procesos de concentración bancaria en Europa para hacer frente a la baja rentabilidad de las entidades financieras.
En su exposición, Viñals ha afirmado que el 60% de los bancos de las economías avanzadas goza de buena salud, mientras que el 40% restante tiene problemas de rentabilidad. De este último grupo, el consejero financiero del FMI ha afirmado que el 25% no tendrá problemas para salir adelante, mientras que el 15% restante presenta una “situación mucho más complicada” y su “viabilidad” está en riesgo”. En el caso de la zona euro, Viñals ha afirmado que el 30% de los activos están en bancos con dificultades. El débil crecimiento, los tipos de interés negativos y la baja inflación presionan todavía más sobre los márgenes de las entidades. Por ello, Viñals ha instado a seguir con procesos de simplificación y concentración, en especial entre entidades de varios países.
El directivo del FMI ha señalado que, si bien no cree que vaya a producirse otra crisis global, sí considera que el crecimiento económico mundial “está en juego”. El organismo prevé una expansión económica para este año del 3,2% y del 3,5% el que viene, pero advierte de que la senda de los próximos años vendrá marcada por las decisiones de los gobiernos en materia de ajustes fiscales y reformas. “La diferencia entre hacer lo correcto y lo que no, es un punto y medio de crecimiento en los próximos cinco años. Los ciudadanos no se lo pueden permitir después de la crisis tan grave de los últimos cinco años”, ha sostenido Viñals, quien ha destacado el “desequilibrio” de la política económica actual. “Las políticas monetarias llevan todo el peso, mientras que no se está haciendo lo suficiente en materia de reformas y políticas fiscales”, ha dicho Viñals, quien ha añadido: “Las reformas estructurales son fundamentales para mejorar el potencial de crecimiento económico y el empleo de calidad”.
Viñals también ha alertado de que si no se produce un “cambio” en las políticas económicas hacia un mayor equilibrio y a la adopción de medidas fiscales “inteligentes”, la situación puede derivar en una “pérdida de confianza de los ciudadanos” en los sistemas políticos y las democracias.EP