La posible salida del Reino Unido de la Union Europea llamada Brexit, ha generado gran ruido político en Europa.
La economía en Europa está en su etapa inicial del ciclo económico, representando cerca del 25% del mercado bursátil mundial y quedando como una e la regiones con las mejores oportunidades para generar retornos.
El impulso al crecimiento con estímulos monetarios potentes del banco central de Europa ha generado una revalorización de os activos financieros, así como también mantiene las tasas de interés más bajas, lo cual permite que lo agentes accedan al financiamiento barato que fomenta la inversión y el consumo. Inclusive, los países de esta economía pueden financiarse a tasas de interés negativas.
Esta región constantemente enfrenta problemas políticos que generan mucha inestabilidad y uno de los riesgos más relevantes recientemente fue el relacionado con la crisis financiera griega, donde los desbalances fiscales del país pusieron en graves aprietos su capacidad de pago, lo que conllevó a cuestionar su permanencia en la Unión Europea (UE).
Se decidió por un paquete de ayuda que incluía un rescate financiero a cambio de ajustes fiscales por parte de Grecia, ya que algunos países habían propuesto que fuera expulsada.
Un nuevo tema que genera ruido político en Europa es la posible salida de Reino Unido de la UE, llamada Brexit. algunos sectores británicos que consideran que esta medida le daría al país mayor independencia política. Las razones parecen ser más emocionales, pues no existen argumentos que sustenten que ello mejoraría la situación económica. Por ello, están promoviendo su exclusión por medio de un referéndum el 23 de junio.
La incertidumbre ya se está sintiendo en los mercados financieros, tanto a nivel bursátil como en las monedas y, a medida que nos acerquemos al evento y su probabilidad se mantenga o incremente, los mercados financieros podrían afectarse más.
Si bien el posible impacto ya se está materializando en los mercados financieros, el impacto económico en el corto plazo sería limitado. Por ejemplo, en cuanto al comercio exterior, el Reino Unido podría enfrentar la renegociación de acuerdos multilaterales, pero este proceso no debería durar mucho y gran parte del comercio británico es por mérito propio y no tanto por pertenecer a la UE.
Sin embargo, de materializarse la salida, el posible impacto en el largo plazo no será menor. Esta decisión podría gatillar la salida de otros estados en busca de mayor independencia política y fiscal. Desde que se formó la UE, muchos países de la región se han incorporado paulatinamente, pero ninguno ha salido.
Por lo que, ante la amenaza de retirada de un país, los mercados financieros incorporan rápidamente las consecuencias negativas de esta, así como la posibilidad de iniciar un movimiento de salidas que genere inestabilidad. Por el momento, al menos, las encuestas británicas muestran un resultado dividido. Solo queda esperar.
Con información de El Comercio
