La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) condenó en los términos más enérgicos una cadena de atentados ocurridas este lunes en áreas densamente pobladas por civiles que dejaron muertos y heridos en el país.
Uno de ellos fue la detonación de un objeto explosivo en un mercado del distrito de Kishem, en la provincia de Badakhshan, que causó la muerte de diez personas, entre ellos cinco niños, e hirió a 36 personas.
Previamente, el Talibán llevo a cabo un ataque suicida en un área densamente poblada en la ciudad de Kabul asesinando a trece guardias de seguridad nepalíes que formaban parte de la embajada canadiense en la capital afgana e hirió a ocho civiles.
Tras ese incidente y en la misma ciudad de Kabul, otro explosivo, que buscaba atentar contra la vida de un miembro del consejo provincial, fue detonado causando cinco heridos entre los que se encontraban el representante político y cuatro personas más.
La autoría de los dos atentados en Kabul fue reivindicada por el Talibán que a su vez negó su implicación en el ataque llevado a cabo en la provincia de Badakhshan.
UNAMA reiteró su llamado a todos los grupos antigubernamentales a que cesen sus ataques en áreas pobladas y que ninguno de ellos tenga como objetivo atentar contra la vida de civiles, incluyendo al personal e instalaciones de las sedes diplomáticas.
La Misión expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos y deseó una pronta recuperación a todos los heridos