El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa consideró hoy que mientras Argentina "no deje atrás" el peronismo, una experiencia que el autor peruano definió como "fundamentalmente populista", ese país "no despegará" y "no recuperará" la posición que tuvo en el pasado.
Fiel a su palabra de que seguirá opinando con la misma libertad e independencia de la que siempre ha hecho gala, el nuevo Premio Nobel se refirió hoy, en la presentación de su nueva novela, "El sueño del celta", a algunos de los últimos acontecimientos de la política internacional.
Así, el novelista, que combina en sus obras la literatura con la política y que acompaña su carrera narrativa con la de ensayista y articulista, se pronunció sobre cuestiones que iban desde los resultados de las elecciones estadounidenses al reciente fallecimiento del ex presidente argentino Néstor Kirchner.
Al ser preguntado sobre las interrogantes que se abren en el panorama argentino tras la muerte la semana pasada del político peronista, Vargas Llosa señaló que su impresión es que, en lo inmediato, "Argentina está sumida en una crisis de la que no hay indicios de que vaya a salir".
Una situación a la que ha llegado, según el autor de "Conversación en La Catedral", por razones "puramente políticas".
"Ha sido la incompetencia de sus políticos, las malas políticas las que han ido empobreciendo a un país que fue el ejemplo para toda América Latina" y también para Europa, dijo el escritor.
El autor de "Pantaleón y las visitadoras" aludió a las elecciones celebradas el pasado domingo en Brasil y confió en que la presidenta electa, Dilma Rousseff, ponga en práctica una política internacional "menos complaciente" con las dictaduras que la llevada a cabo por su antecesor, Lula da Silva, según el novelista.
"Mi esperanza sería que la política internacional sea distinta, que haya menos complacencia con las dictaduras, como ha habido con el presidente Lula", dijo Vargas Llosa en una conferencia de prensa ofrecida hoy Madrid ante más de un centenar de periodistas.
Y pronosticó que Rousseff continuará con la política del presidente Lula en lo que se refiere al ámbito interno.
Una política nacional que calificó de "excelente" y que consideró que ha llevado consigo "enormes beneficios a Brasil".
Al referirse a la "cultura democrática" latinoamericana, el Premio Nobel dijo que en el continente se ha producido un "gran progreso" y que existen gobiernos democráticos de derechas y de izquierdas.
No obstante, se refirió a los gobiernos "no democráticos", como el de Cuba, y gobiernos "que van hacia una dictadura, como Venezuela".
"Después tenemos gobiernos que tienen un origen democrático pero a los que el populismo y cierta vocación autoritaria de sus líderes los empujan cada vez más hacia el autoritarismo. Y ese sería el caso de Nicaragua y Bolivia", puntualizó.
Como balance, el autor de "La ciudad y los perros" dijo que su impresión es que "América Latina va en la buena dirección".
Y al ser preguntado sobre si cree que los resultados de las elecciones legislativas estadounidenses, con un notable avance de los republicanos en la Cámara de los Representantes, ponen en peligro la democracia en ese país, el autor señaló tajante: "No creo que la democracia esté en peligro".
Los resultados son "menos dramáticos de lo que se esperaba", precisó Vargas Llosa, que sí consideró que la Administración de Barack Obama va a tener "más dificultades para mantener el programa de reformas".
En su última novela, "El sueño del celta", la evolución de su protagonista, Roger Casemet, hacia un nacionalismo radical, le dio pie a Vargas Llosa a reflexionar sobre esta ideología.
El escritor, conocido por ser un "crítico radical" del nacionalismo, señaló que cuando se trata "de países ocupados, víctimas de invasiones coloniales", el buscar la liberación le da un signo positivo al nacionalismo, aunque puntualizó, que incluso en esos casos de "lucha anticolonialista" arrastra alguna forma de violencia.
Y afirmó que el nacionalismo "es una plaga que ha llenado de sangre la Historia" y que en América Latina "ha sido la razón principal de que hayamos vivido desunidos gastando recursos que no teníamos en armas".
"Creo que el nacionalismo hay que combatirlo, de una manera sistemática y enérgica, como una ideología que está reñida con la cultura democrática", concluyó. EFE
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