La purga es particularmente espectacular en países como Grecia, Irlanda o Portugal, lo más sometidos a la presión por los mercados inquietos por el nivel de sus deudas. Pero la austeridad afecta a la mayor parte de la Unión Europea, desde España a Reino Unido, pasando por Francia.
La reducción de salarios, los recortes en las prestaciones sociales y las pérdidas de empleo están amputando el poder adquisitivo de los consumidores.
"Sentimos en efecto una cierta inseguridad por parte de los consumidores. Son más prudentes en sus compras. La gente espera en general tener la paga extra (en la época de Navidad) para hacer sus compras", constata Nuno Camilo, presidente de la asociación de comerciantes de Porto (Portugal).
En Grecia, la Confederación Nacional de Comerciantes (ESEE) señala el riesgo de "una caída brutal del volumen de negocio durante las fiestas de Navidad", que representa en su mayoría entre el 20% y el 25% de las ventas anuales.
"Para estas fiestas, sólo tengo una prima de 400 euros en mi salario, contra los 1.800 euros de mi paga extra el año pasado", explicó Nikos P., empleado de una empresa pública.
En Irlanda, la confederación patronal IBEC espera también "una baja de las ventas de Navidad".
En este país, con una gran tradición navideña, "la gente está preparada, gastará un poco menos, pero conservará lo esencial", estima Torlach Denihan, presidente de la organización patronal "Retail Ireland".
"Es también una ocasión para olvidar un poco las preocupaciones", agrega. Los irlandeses seguirán "comprando bombones para Navidad, pero más baratos".
En España, con el índice de desempleo más elevado de la Eurozona (20%), los gastos en Navidad bajarán un 7,4%, según un estudio de la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI).
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