Las fuertes nevadas caídas durante la Nochebuena en Alemania convirtieron hoy en impracticables las carreteras en buena parte del país, aunque apenas afectaron el ferroviario y aéreo.
El litoral norte, el este y el sur del país sufrieron más directamente las consecuencias de las nevadas, ya que la muchas de sus autopistas y carreteras quedaron intransitables.
La isla de Rügen, en el Báltico, donde las nevadas estuvieron acompañadas de fuertes vientos, quedó durante horas aislada, puesto que ni se podía transitar por el puente que la une al resto del país ni había servicio ferroviario.
En Aquisgrán, en el suroeste, junto a la frontera con Francia, la situación era similar y durante parte de la jornada se suspendió todo transporte público, incluidos los autobuses urbanos.
En todo el país el cuerpo de bomberos tuvo que redoblar los efectivos para liberar de nieve tejados, entre ellos los de algunas iglesias, por el temor a que se hundieran debido al peso acumulado.
La situación, en cambio, en los principales aeropuertos del país -Fráncfort, Múnich, Berlín y Düsseldorf- era de normalidad, aunque con considerables retrasos.
A media tarde, en Fráncfort se habían cancelado 40 vuelos, lo que comparado con lo ocurrido en días anteriores era un buen balance.
La compañía de ferrocarriles, Deutsche Bahn, restableció asimismo el servicio en casi todos los trayectos, excepto los del litoral.
Pese al alivio de esta jornada, los costes del caos prenavideño en los aeropuertos se estiman en 25 millones de euros, según cálculos el economista Sebastian Kummer, en declaraciones al semanario "Focus".
Las aerolíneas, las mayores perjudicadas, responsabilizan a las empresas gestoras de los aeropuertos de la falta de previsión para hacer frente a las inclemencias meteorológicas.
"Focus" se remite a fuentes de la dirección de Lufthansa, indignadas con Fraport, la empresa gestora del aeropuerto de Fráncfort, el de mayor tráfico aéreo de la Europa continental, donde en los días precedentes a la Navidad se cancelaron 2.400 vuelos.
Muchas de las cancelaciones fueron consecuencia de anulaciones de otros aeropuertos europeos, especialmente de Londres y París.
Sin embargo, desde Lufthansa se considera que en Fraport no se activó los servicios de emergencia pertinentes.
El peor día fue el martes, en que tras una fuerte nevada nocturna, no prevista por los servicios meteorológicos, se tuvo que cerrar el tráfico aéreo durante tres horas y media ya que quedaron inutilizadas todas las pistas, lo que acarreó 400 cancelaciones.
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