La cifra de embarazos entre madres adolescentes es uno de tantos barómetros que usan las organizaciones internacionales para medir el desarrollo de cada país.
El indicador puede ser motivo de preocupación porque conlleva varios inconvenientes, como tasas más altas de deserción escolar, así como posibles problemas de salud y otros, tanto para las madres jóvenes como para sus hijos.
El problema no estaría relacionado al nivel de uso e información de los métodos antoconceptivos por parte de las adolescentes, sinó a las tasas altas de jóvenes hispanas y negras que muchas veces no tienen acceso a los "costosos" programas de salud norteamericano.
Según la doctora Monique Chireau, profesora asistente de la Universidad de Duke que investiga los embarazos entre adolescentes, el control de la natalidad es menos costoso y más fácil para los adolescentes de muchos otros países desarrollados que en Estados Unidos
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