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viernes, 25 de febrero de 2011

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU examina a Libia

La situación "alarmante" que sigue agravándose en Libia fue minuciosamente examinada el viernes por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuyos miembros deben pronunciarse al final del día sobre la resolución que suspendería a Trípoli de la organización.

El régimen libio, fuertemente cuestionado por su pueblo, será objeto de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York donde se abordará la posibilidad de sanciones.

Por su parte, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, denunció las "masacres, detenciones arbitrarias, detenciones y torturas de manifestantes".

Pillay, abrió la 15º sesión extraordinaria del Consejo solicitado por la Unión Europea, que será dedicado, por primera vez, a la situación de un país miembro de la organización. El lugar que ocupa habitualmente Libia estuvo vacío durante la reunión.

"En abierta y continua violación de las leyes internacionales, la represión de manifestaciones pacíficas en Libia se intensifica de forma alarmante", declaró Pillay.

"De acuerdo con ciertas fuentes, puede haber miles de muertos o heridos", agregó.

"Algunas imágenes que no hemos podido verificar atestiguan de la creación de fosas comúnes en Trípoli", insistió Pillay, agregando que "los soldados detienen a las ambulancias, dejando a los heridos y los muertos en las calles".

"Los ataques masivos y sistemáticos contra la población podrían compararse con crímenes contra la humanidad", subrayó enérgicamente la ex juez sudafricana.

Pillay señaló la responsabilidad directa del régimen de Mumar Kadhafi en esta situación que calificó de producto "del desprecio total por los derechos y la libertad de los libios que caracterizó las cuatro décadas en las que el actual régimen ha estado en el poder".

Los actos violentos ocurridos desde el 15 de febrero con el fin de acallar la revuelta popular han sido ampliamente denunciados por los miembros del Consejo, entre ellos la Unión Europea, Estados Unidos, el grupo árabe y la Organización de la Conferencia Islámica.

"La población civil sufre una violencia brutal, ciega e indignante que alcanza proporciones indescriptibles", afirmó el embajador de Francia Jean Baptiste Mattéi.

Frente a "estos acontecimientos indignantes (...) el Consejo no puede guardar silencio", insistió el embajador húngaro a nombre de la Unión Europea.

Los miembros del Consejo deben pronunciarse al final del día sobre un proyecto de resolución propuesto por Europa, que reclama la suspensión de Libia del Consejo del que es miembro desde mayo 2010.

Si la resolución es aceptada, la Asamblea General de la ONU será la única que tendrá el poder de ordenar la suspensión.

Asimismo, un texto pide que una comisión de investigación independiente, dirigida por la ONU, se desplace al lugar de los hechos para que reporte los actos violentos que podrían ser catalogados como "crímenes contra la humanidad".

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