El embajador de Libia en Estados Unidos, Ali Aujali, que renunció esta semana a representar al gobierno de Muamar el Gadafi, izó hoy la bandera tricolor, anterior al régimen en su residencia en Washington.
La bandera roja, negra y verde con una media luna y en su centro una estrella de cinco puntas blancas ondea en la residencia del representante libio ante la Casa Blanca, que esta semana anunció que no servirá más "al actual régimen dictatorial".
"Esta bandera la conseguimos cuando luchamos contra Italia por nuestra independencia, es nuestro pasado y nuestro futuro", dijo el embajador, que aseguró que "hoy es un día histórico para la gente de Libia que avanza hacia la libertad".
"Estamos unidos, este y oeste, norte y sur, por un objetivo, nuestro objetivo es la libertad, la democracia y la dignidad", clamó entre los aplausos del público.
Aujali enarboló la bandera jaleado por miembros de la oposición y un grupo de jóvenes libio-estadounidenses, que llevaban pancartas pidiendo libertad en Libia y repetían consignas en árabe e inglés.
"Todo el mundo sabe que Gadafi tiene que abandonar", "Así lo quiera Dios", "Libia Libre", "Allahu akbar" (Dios es grande), coreaban mientras ascendía la tricolor.
Samar Omeish, de 29 años, una ciudadana estadounidense de origen libio, en declaraciones a Efe señaló que acudieron "para que la gente sepa que estamos aquí y les apoyaremos hasta el final y hasta que veamos que Libia no está más bajo una dictadura".
Sus padres están en Tripoli, ha podido contactar con ellos y se encuentran bien aunque no pueden salir de casa.
"Creo en la libertad, he crecido aquí, así en EE.UU. nos ha enseñado a ser libres y luchar por nuestros derechos y la gente de libia ha sido oprimida por demasiado tiempo, 42 años, y es importante para nosotros esa libertad", defendió.
El embajador Ali Aujali ha trabajado para el Gobierno libio durante 40 años pero no habló de arrepentimiento sino de mirar al futuro.
"Debo decir que trato de ayudar a nuestra gente, necesitamos más gente sabia en este régimen que diga no, y yo soy uno de ellos", contestó Aujali, que confirmó que desde que repudió el régimen de Gadafi no ha tenido ningún contacto con el Gobierno.
Tras once días de revueltas, Gadafi ha pedido en un mensaje de audio transmitido por la televisión estatal, a la población a "combatir" a los manifestantes que han tomado varias zonas a los que acusó de estar al servicio del jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
El embajador señaló que "Libia nunca ha sido una sociedad fanática, nunca, son otros lugares, pero no Libia". "No hagan caso a la propaganda de los medios oficiales, están mintiendo, no crean nada, Libia no es un país musulmán fanático".
"Tampoco hay presencia de Al Qaeda en Libia, eso son propaganda y mentiras para asustar a los occidentales sobre lo que está pasando en Libia", enfatizó el embajador que pidió por el alma de los fallecidos en las revueltas y envió sus condolencias a las familias.
El embajador hizo un llamamiento para que la prensa siga informando sobre lo que está sucediendo en el país. "Tienen que ayudar a la gente de Libia, han sido asesinados como animales, con armas pesadas, tanques... necesitan ayuda", reclamó.
Según la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) la cifra de muertos por la represión violenta de las revueltas asciende a 640 de los que 130 son militares de la región de Bengasi, ejecutados por negarse a disparar contra la población.
EFE
La bandera roja, negra y verde con una media luna y en su centro una estrella de cinco puntas blancas ondea en la residencia del representante libio ante la Casa Blanca, que esta semana anunció que no servirá más "al actual régimen dictatorial".
"Esta bandera la conseguimos cuando luchamos contra Italia por nuestra independencia, es nuestro pasado y nuestro futuro", dijo el embajador, que aseguró que "hoy es un día histórico para la gente de Libia que avanza hacia la libertad".
"Estamos unidos, este y oeste, norte y sur, por un objetivo, nuestro objetivo es la libertad, la democracia y la dignidad", clamó entre los aplausos del público.
Aujali enarboló la bandera jaleado por miembros de la oposición y un grupo de jóvenes libio-estadounidenses, que llevaban pancartas pidiendo libertad en Libia y repetían consignas en árabe e inglés.
"Todo el mundo sabe que Gadafi tiene que abandonar", "Así lo quiera Dios", "Libia Libre", "Allahu akbar" (Dios es grande), coreaban mientras ascendía la tricolor.
Samar Omeish, de 29 años, una ciudadana estadounidense de origen libio, en declaraciones a Efe señaló que acudieron "para que la gente sepa que estamos aquí y les apoyaremos hasta el final y hasta que veamos que Libia no está más bajo una dictadura".
Sus padres están en Tripoli, ha podido contactar con ellos y se encuentran bien aunque no pueden salir de casa.
"Creo en la libertad, he crecido aquí, así en EE.UU. nos ha enseñado a ser libres y luchar por nuestros derechos y la gente de libia ha sido oprimida por demasiado tiempo, 42 años, y es importante para nosotros esa libertad", defendió.
El embajador Ali Aujali ha trabajado para el Gobierno libio durante 40 años pero no habló de arrepentimiento sino de mirar al futuro.
"Debo decir que trato de ayudar a nuestra gente, necesitamos más gente sabia en este régimen que diga no, y yo soy uno de ellos", contestó Aujali, que confirmó que desde que repudió el régimen de Gadafi no ha tenido ningún contacto con el Gobierno.
Tras once días de revueltas, Gadafi ha pedido en un mensaje de audio transmitido por la televisión estatal, a la población a "combatir" a los manifestantes que han tomado varias zonas a los que acusó de estar al servicio del jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
El embajador señaló que "Libia nunca ha sido una sociedad fanática, nunca, son otros lugares, pero no Libia". "No hagan caso a la propaganda de los medios oficiales, están mintiendo, no crean nada, Libia no es un país musulmán fanático".
"Tampoco hay presencia de Al Qaeda en Libia, eso son propaganda y mentiras para asustar a los occidentales sobre lo que está pasando en Libia", enfatizó el embajador que pidió por el alma de los fallecidos en las revueltas y envió sus condolencias a las familias.
El embajador hizo un llamamiento para que la prensa siga informando sobre lo que está sucediendo en el país. "Tienen que ayudar a la gente de Libia, han sido asesinados como animales, con armas pesadas, tanques... necesitan ayuda", reclamó.
Según la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) la cifra de muertos por la represión violenta de las revueltas asciende a 640 de los que 130 son militares de la región de Bengasi, ejecutados por negarse a disparar contra la población.
EFE
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