Los Hermanos Musulmanes de Egipto afirmaron que los acuerdos anunciados al final de la reunión mantenida hoy por la oposición con el vicepresidente Omar Suleimán "no son suficientes" y que el encuentro "sólo fue un primer paso".
"La reunión de hoy es tan sólo un primer paso para examinar al régimen y ver si realmente tiene buenas intenciones", afirmó en una rueda de prensa el dirigente de la organización islámica Saad Katatni, que participó en el encuentro, el primero de los Hermanos Musulmanes con un representante del Gobierno desde que estalló la revuelta popular en Egipto.
"El diálogo todavía no conduce a nada (...). La mayoría de las peticiones no han sido respetadas", afirmó.
Entre esas demandas citó la renuncia de Mubarak, una exigencia que venían poniendo los grupos de la oposición como condición previa para cualquier diálogo con las autoridades egipcias.
Pero ahora, según aclararon los dirigentes del grupo islámico, Egipto vive "en una nueva legitimidad", ya que el régimen de Mubarak "si está, es tan sólo de una manera física".
Mubarak anunció recientemente que no tenía intención de presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre. De hecho, nombró a un vicepresidente, Suleimán, para ocupar un puesto vacante desde que llegó al poder en 1981.
"Es un momento que los Hermanos Musulmanes no podemos dejar pasar", afirmó Katatni, quien dijo que su presencia en el diálogo impulsado por el Gobierno busca "dar garantías a los derechos de la revolución".
En la reunión de hoy, según el comunicado oficial difundido a su término, las partes acordaron realizar reformas constitucionales y poner fin a la Ley de Emergencia, vigente en el país desde 1981.
Se decidió en concreto la reforma de los artículos 76 y 77 de la Carta Magna, que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial, y el número de mandatos que puede tener el jefe de Estado.
Estos acuerdos, según el mismo comunicado, se han alcanzado para "llevar a cabo la transición del poder de manera pacífica de acuerdo con la Constitución". EFE
"La reunión de hoy es tan sólo un primer paso para examinar al régimen y ver si realmente tiene buenas intenciones", afirmó en una rueda de prensa el dirigente de la organización islámica Saad Katatni, que participó en el encuentro, el primero de los Hermanos Musulmanes con un representante del Gobierno desde que estalló la revuelta popular en Egipto.
"El diálogo todavía no conduce a nada (...). La mayoría de las peticiones no han sido respetadas", afirmó.
Entre esas demandas citó la renuncia de Mubarak, una exigencia que venían poniendo los grupos de la oposición como condición previa para cualquier diálogo con las autoridades egipcias.
Pero ahora, según aclararon los dirigentes del grupo islámico, Egipto vive "en una nueva legitimidad", ya que el régimen de Mubarak "si está, es tan sólo de una manera física".
Mubarak anunció recientemente que no tenía intención de presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre. De hecho, nombró a un vicepresidente, Suleimán, para ocupar un puesto vacante desde que llegó al poder en 1981.
"Es un momento que los Hermanos Musulmanes no podemos dejar pasar", afirmó Katatni, quien dijo que su presencia en el diálogo impulsado por el Gobierno busca "dar garantías a los derechos de la revolución".
En la reunión de hoy, según el comunicado oficial difundido a su término, las partes acordaron realizar reformas constitucionales y poner fin a la Ley de Emergencia, vigente en el país desde 1981.
Se decidió en concreto la reforma de los artículos 76 y 77 de la Carta Magna, que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial, y el número de mandatos que puede tener el jefe de Estado.
Estos acuerdos, según el mismo comunicado, se han alcanzado para "llevar a cabo la transición del poder de manera pacífica de acuerdo con la Constitución". EFE
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