Hay padres que con la llegada del bebé a la familia se vuelven obsesivos de la limpieza, pero someter a los bebés a una excesiva profilaxis es contraproducente.
Estar expuestos a ciertos gérmenes puede ayudarlos a crear defensas en su organismo, pues el sistema inmunitario necesita unas mínimas dosis de microbios para estar activo y sano.
Algunos expertos atribuyen el incremento en casos de asma y alergias en los últimos años a un exceso de higiene en el entorno del niño.
¿Qué medidas hay que tomar ?
• No es necesario desinfectar toda la casa, ni utilizar productos antibacterias, basta con que la casa esté limpia y ventilada
• Antes de los seis meses se recomienda esterilizar los chupetes y los biberones. A medida que crecen empiezan a llevárselo todo a la boca y su sistema imnume se va fortaleciendo, por lo que enjuagar el chupete con agua tibia si se ha caído al suelo es suficiente
• Pretender que el niño jamás se ensucie o evitar que entre en contacto con algo que pueda tener gérmenes es una exageración
• No se trata de no ser limpios o descuidar la higiene, sino de mantener un nivel aceptable de higiene y enseñarles a los niños hábitos simples como lavarse las manos con frecuencia.
Fuente: XatakaCiencia
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