El uso de las redes sociales es un indicador a tener en cuenta a la hora de valorar la salud de los niños y adolescentes, señala un informe publicado en la revista Pediatrics por La Academia Americana de Pediatría (AAP).
Los expertos de esta institución creen conveniente incluir en el cuestionario médico datos relativos al uso de Facebook y otras redes sociales con el fin de diagnosticar, y de ser posible, prevenir una posible depresión infantil.
Otro estudio revela que la mitad de los adolescentes acceden a su red social favorita más de una vez al día, y hasta el 22% de ellos llegan a abrir la página más de una decena de veces, por ello, dicen los autores, una gran parte del desarrollo emocional y social de esta generación se está produciendo en estas plataformas.
El aislamiento social y la baja autoestima son riesgos que pueden afectar a los niños, por tal motivo la APP llega a hablar de la "depresión Facebook", esto, sumado a la cantidad de tiempo que los adolescentes que permanecen en las redes sociales, algo que se convertiría en un elemento depresivo.
Los expertos manifiestan que las páginas de Facebook pueden hacer que los chicos se sientan peor si éstos creen que no están a la altura de sus amigos debido al número de visitas, de amigos, de mensajes actualizados y fotos de personas felices que, en apariencia, lo están pasando realmente bien.
Gwenn O"Keeffe, coautora del estudio, manifiesta que Facebook provee una visión distorsionada de lo que en verdad está ocurriendo, y promueve una atmósfera de competitividad social.
Sin embargo, la experta en medicina adolescente Megan Moreno, de la Universidad de Wisconsin (EE UU), ha asegurado en declaraciones a Associated Press que la utilización de Facebook puede mejorar la percepción de la conexión social entre los jóvenes equilibrados y tener el efecto contrario entre aquellos propensos a la depresión.
Los expertos de esta institución creen conveniente incluir en el cuestionario médico datos relativos al uso de Facebook y otras redes sociales con el fin de diagnosticar, y de ser posible, prevenir una posible depresión infantil.
Otro estudio revela que la mitad de los adolescentes acceden a su red social favorita más de una vez al día, y hasta el 22% de ellos llegan a abrir la página más de una decena de veces, por ello, dicen los autores, una gran parte del desarrollo emocional y social de esta generación se está produciendo en estas plataformas.
El aislamiento social y la baja autoestima son riesgos que pueden afectar a los niños, por tal motivo la APP llega a hablar de la "depresión Facebook", esto, sumado a la cantidad de tiempo que los adolescentes que permanecen en las redes sociales, algo que se convertiría en un elemento depresivo.
Los expertos manifiestan que las páginas de Facebook pueden hacer que los chicos se sientan peor si éstos creen que no están a la altura de sus amigos debido al número de visitas, de amigos, de mensajes actualizados y fotos de personas felices que, en apariencia, lo están pasando realmente bien.
Gwenn O"Keeffe, coautora del estudio, manifiesta que Facebook provee una visión distorsionada de lo que en verdad está ocurriendo, y promueve una atmósfera de competitividad social.
Sin embargo, la experta en medicina adolescente Megan Moreno, de la Universidad de Wisconsin (EE UU), ha asegurado en declaraciones a Associated Press que la utilización de Facebook puede mejorar la percepción de la conexión social entre los jóvenes equilibrados y tener el efecto contrario entre aquellos propensos a la depresión.
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