La policía mexicana halló hoy otros 23 cadáveres en fosas clandestinas del municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, noreste de México, con lo que suman 145 cuerpos localizados en ese lugar desde la semana pasada, dijo a Efe una fuente oficial.
Los trabajos de excavación los realizan agentes ministeriales apoyados por otras autoridades, apuntó un vocero de la Fiscalía de Tamaulipas.
Estas 23 víctimas fueron encontradas en 12 fosas clandestinas y los primeros reportes de la necropsia revelaron que los crímenes se cometieron en los últimos dos meses.
El hallazgo comenzó la semana pasada, cuando militares que investigaban el secuestro de varias personas que viajaban en autobuses de pasajeros dieron con las fosas clandestinas, localizando inicialmente 59 cuerpos.
Al continuar los trabajos de excavación fueron localizados otros cuerpos hasta alcanzar el martes 116, más otros seis que fueron encontrados ayer miércoles -y no diez como se informó inicialmente-, con lo que sumaban 122, a los que se agregan los 23 de hoy.
Los hechos han sido atribuidos a la organización criminal de Los Zetas, uno de los grupos más sanguinarios del país y que en Tamaulipas se disputa el control de las drogas con su antiguo aliado, el Cartel del Golfo.
Los Zetas, que surgieron hace una década de la mano de un grupo de militares de elite desertores, también fueron señalados como los responsables de la muerte de 72 inmigrantes, la mayoría centroamericanos, en agosto pasado también en San Fernando, un municipio que es ruta de paso hacia la frontera con EE.UU. y tiene una extensión de 5.300 kilómetros cuadrados.
La Fiscalía general informó ayer que por estos hechos han sido detenidas 33 personas, entre ellas 16 policías municipales por su supuesta colaboración con Los Zetas en estos crímenes.
Las investigaciones han arrojado hasta el momento que la mayoría de las víctimas eran mexicanos, aunque el Gobierno de Guatemala informó que un inmigrante guatemalteco estaba entre los masacrados.
EFE
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