Gorras, camisas, muñecos, encendedores, llaveros o paraguas con la imagen del presidente venezolano Hugo Chávez hacen furor entre los simpatizantes de la revolución bolivariana y se han convertido en un lucrativo negocio que prevé crecer de cara a las presidenciales de 2012.
"Chávez vende mucho. Uno saca un bolígrafo, una camisa, un bolso o un póster con su imagen y se lo llevan rapidito", afirma Jorge Moreno, que se autodefine como el precursor de los "souvenirs bolivarianos".
Este comerciante de 35 años regenta desde hace tres años un local en el corazón de Caracas, "la primera tienda de su género en Venezuela", pero vende productos con la imagen de Chávez desde hace casi una década.
"Yo trabajaba en mercados en todo el país y la gente pedía boinas rojas como la del presidente o camisas con su imagen. Junto a mi socia empezamos a fabricarlos.
Amanecíamos trabajando con nuestra máquina de coser y vendíamos en la calle", recuerda, celebrando que, hoy, su tienda da trabajo directo o indirecto a una docena de personas.
"El pueblo da la idea y nosotros se la traducimos a los grandes importadores, que mandan hacer 300.000 o un millón de piezas. La visión es 100% venezolana y un 60% de la mercancía es hecha totalmente en el país. El resto viene de China", explica.
En un espacio minúsculo, la mercancía se amontona. Relojes, tazas, bustos de madera, gorras, camisas, pines o chaquetas idénticas a las que viste el comandante, ofrecidos a precios "muy solidarios", despiertan el interés de numerosas personas.
La popularidad de Chávez, en el poder desde 1999 y que aspira a un tercer mandato de seis años en 2012, ha disminuido en los últimos meses pero sigue siendo muy sólida frente a una oposición que sufre para formar un frente único, según los sondeos.
Chavista convencido, Moreno oferta además sus productos en cada acto organizado por el gobierno y asegura que con su negocio "impulsa la revolución".
"La imagen de nuestro presidente es un excelente negocio pero no sólo provoca el interés de los venezolanos. Aquí vienen españoles, rusos, australianos y chinos", cita.
Charles Alberto Carvajal, que vende cubos de cristal con imágenes grabadas en láser en el interior en un centro comercial de Caracas, lo corrobora. "Muchos clientes se llevan un cristal con el rostro del presidente. La que ellos traen o las que proponemos nosotros. Ni la del Che Guevara se vende tan rápido. Chávez es demasiado popular", afirma.
"El presidente es un valor seguro. Mi mercancía se la llevan para todo el mundo, hasta para Estados Unidos", explica por su parte Franklin Hernández, que regenta hace un año una tienda de productos "bolivarianos" en un hotel de Caracas.
Entre sus productos estrella está el "Chavecito", un muñeco de Chávez de unos 50 centímetros, vestido de militar o con una chaqueta roja, que canta el himno nacional o pronuncia un discurso sobre las bondades de la revolución.
"Casi todo lo hacemos nosotros pero el muñequito viene de China", explica Hernández, mostrando un paraguas con la imagen de Chávez a un coronel del ejército. "Sólo 70 bolívares (17 dólares), mi coronel, y mire la calidad", recalca.
Este comerciante asegura que la razón que le llevó a abrir la tienda fue su fidelidad a Chávez y a su proyecto político y reitera que no recibe ninguna ayuda del Estado. "No se gana tanto pero yo estoy con mi comandante hasta que el mar se seque", afirma.
Pese a que un decreto prohibió en 2010 usar la imagen de Chávez sin su autorización, en estos locales el rostro del mandatario se multiplica hasta nublar la vista.
"Nosotros decidimos ser libres", dice una camiseta roja en la que aparece una gran estatua de la Libertad con el rostro de Chávez. "Premio Nóbel de la paz" dice otra, con una gran imagen del jefe de Estado.
De cara a las presidenciales de 2012 estos comerciantes ultiman ya sus ideas para presentar en pocos meses productos atractivos a los chavistas incondicionales.
"Voy a hacer una gorra en China que diga en letras bordadas '12 millones', que son los votos que mi comandante va a obtener", reta Moreno, convencido de la victoria de su líder en este país de unos 18 millones de electores.
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