El Gobierno de Argentina, donde cada día mueren unas 110 personas por el tabaquismo, prohibió "la comercialización y el uso" del denominado "cigarrillo electrónico", según una disposición oficial publicada hoy.
La resolución de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), publicada en el Boletín Oficial, prohíbe la importación, distribución, comercialización y publicidad de estos productos y además la venta de "todo tipo de accesorios" para este sistema.
"En la actualidad, el tabaquismo es la mayor causa de muerte prevenible en el mundo. Es política de estado disminuir el uso del tabaco y tratar de impedir que nuevas generaciones de jóvenes se inicien en el tabaquismo", indica la disposición.
La ANMAT considera además que "el uso de estos dispensadores" generan un "potencial riesgo para individuos con patologías cardiovasculares" y "puede inducir en nuevos usuarios una dependencia a la droga".
El organismo argumenta que los cigarrillos electrónicos "podrían perpetuar la conducta de fumar, según estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)".
En julio pasado, el Gobierno argentino había recomendado no utilizar estos productos, cuyo ingreso al país tampoco había sido autorizado.
En Argentina, según un estudio del Ministerio de Salud, fuman unas 8 millones de personas y, de ellas, la mitad quiere abandonar el cigarrillo, mientras que 500.000 "están decididas a hacerlo ya".
En 2009, una empresa argentina lanzó al mercado su propia versión, sin nicotina, del "e-cigarette", un cigarrillo electrónico que pretende recrear la experiencia de fumar.
Para la OMS, el cigarrillo electrónico no es un método seguro y eficaz para dejar de fumar, mientras que países como Australia también prohibieron su comercialización.
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