(AFP) – Venezuela busca proteger sus reservas de convulsiones tanto políticas como económicas con el traslado de miles de millones de dólares a países emergentes y la repatriación del oro, una medida que, según analistas, puede afectar la confianza de los inversionistas.
“La crisis económica global se ha tragado una cantidad de bancos en Norteamérica y Europa, y por eso tenemos que tomar medidas para salvaguardar las reservas internacionales de todos los venezolanos”, dijo el presidente Hugo Chávez en la noche del miércoles.
Venezuela pretende repatriar unos 11.000 millones de dólares en oro almacenado en bancos del exterior, y nacionalizará la minería aurífera para incrementar la producción y convertir la mayor parte del oro en reservas, aprovechando los precios récord del metal.
Además, el gobierno ordenó trasladar millones de dólares desde Europa y Estados Unidos a países más afines políticamente como China, Rusia y Brasil, entre otros.
Para el diputado oficialista Rodrigo Cabezas, estos países “emergentes no tienen hoy convulsiones económicas ni políticas y serían garantías de las reservas internacionales de Venezuela”.
Pero analistas consideran que se trata de una decisión política para poner a salvo sus reservas del riesgo de confiscación en eventuales conflictos con potencias extranjeras, lo que genera temor en la comunidad internacional y pone en riesgo la solidez y seguridad financiera del país sudamericano.
Esto “puede generar temor a la comunidad internacional porque estos países no son tan sólidos“, dijo a la AFP Orlando Ochoa, profesor de economía de la Universidad Católica.
Para el analista Angel García, la medida puede llevar a un mayor endeudamiento de Venezuela con sus socios comerciales, utilizando estas reservas como garantía.
“Vamos a estar transitando a un tipo de endeudamiento en divisas más opaco (…) con nuestros socios comerciales, en vez de por la vía de bonos”, dijo García, y puso como ejemplo a China.
Los expertos estiman que la decisión tuvo en cuenta posibles resultados adversos en los litigios que enfrentan a la estatal Petróleos de Venezuela con las estadounidenses Exxon Mobil y ConocoPhilips y en temores provocados por la reciente confiscación de los activos del líder libio Muamar Gadafi o por un eventual conflicto en torno a los resultados de las elecciones presidenciales de 2012, en las que Chávez buscará un tercer mandato.
Venezuela mantiene unos 6.200 millones de dólares colocados en efectivo o bonos fácilmente canjeables en cuentas suizas, británicas, francesas y estadounidenses. Casi el 60% de ese monto está depositado en el Banco de Pagos Internacionales en Basilea, considerado el banco de los bancos centrales.
El oro venezolano en el exterior está almacenado principalmente en el Reino Unido, así como Suiza, Francia, Canadá y Estados Unidos. El resto, más de 7.000 millones de dólares, está en las bóvedas del BCV.
Los expertos aseguran también que el traslado de ese dinero fuera del monitoreo de los centros bursátiles mundiales puede permitir al gobierno el manejo discrecional de esos recursos para aumentar el gasto fiscal dentro de Venezuela, de cara a los comicios presidenciales.
“Se puede presumir que ese dinero va a ser utilizado para otras cosas menos tradicionales, sin contrapartida, eso se llama financiamiento monetario para el gasto fiscal, y esa medida es inflacional”, dijo Ochoa.
Las reservas internacionales de Venezuela se situaron en 28.768 millones, al pasado viernes, según el BCV. El gobierno considera que 30.000 millones es un nivel óptimo y cuando ha superado esa suma ha realizado traspasos a fondos especiales, cuestionados por analistas que acusan al Ejecutivo de un manejo opaco y arbitrario.