El presidente de EE.UU., Barack Obama, exigió hoy por primera vez públicamente la salida del presidente sirio, Bachar al Asad, y anunció la imposición de nuevas sanciones contra su régimen, entre ellas la prohibición a los estadounidenses de invertir en Siria.
"Hemos dicho continuamente que el presidente Al Asad debe encabezar una transición democrática o hacerse a un lado. No la ha encabezado. Por el bien del pueblo sirio, ha llegado el momento de que el presidente Al Asad se vaya", dijo Obama en un comunicado distribuido por la Casa Blanca.
El presidente estadounidense anunció que ha firmado una nueva orden ejecutiva que congela con efecto inmediato todos los bienes del Gobierno sirio sujetos a jurisdicción estadounidense y prohíbe que los estadounidenses se impliquen en cualquier transacción en la que participe el régimen de Al Asad.
La orden también prohíbe las importaciones de petróleo y sus derivados de origen sirio -Siria es el país número 49 al que EE.UU. compra petróleo, 252.000 barriles diarios- e impide que los estadounidenses puedan invertir en Siria.
"Es el momento de que el pueblo sirio decida su propio destino y seguiremos firmemente a su lado", subrayó Obama, quien indicó que su país apoyará una Siria "democrática, justa y que cuente con todos sus ciudadanos".
"Apoyaremos este resultado mediante la presión a Al Asad para que se haga a un lado en esta transición y mediante la defensa de los derechos universales del pueblo sirio junto con otros en la comunidad internacional", agregó el presidente estadounidense.
Tras el comunicado difundido por la Casa Blanca, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, tiene prevista una declaración pública televisada a las 10.00 horas locales (14.00 GMT).
Con este llamamiento, Washington aumenta la presión sobre Bachar Al Asad, al que había evitado exigir explícitamente su marcha a diferencia de lo ocurrido en otros países árabes donde se ha producido un levantamiento popular, como Libia o Egipto.
La exigencia pública del Gobierno estadounidense de que Al Asad abandone el poder se esperaba ya desde la semana pasada, aunque aparentemente se retrasó porque Turquía pedía más tiempo para tratar de convencer al presidente sirio.
El pasado martes, en una intervención en la Universidad Nacional de Defensa, Clinton pidió la renuncia al presidente sirio, pero insistió también en la necesidad de que otras voces se sumaran a ese reclamo.
Si Turquía, el rey de Jordania, Abdalá II, y otros líderes de la región apoyan el reclamo de Estados Unidos, "no habrá forma de que el régimen de Asad pueda hacer caso omiso", aseguró entonces Clinton. EFE