El presidente de EE.UU., Barack Obama, criticó a los republicanos por las pugnas partidistas en torno a los fondos para la gestión de emergencias y para las operaciones del Gobierno, que amenazan con paralizar la burocracia federal.
Durante un evento de recaudación de fondos cerca de Seattle (Washington), Obama criticó las luchas "ideológicas" desde 2009 sobre cómo resolver la crisis económica del país.
"Lo estamos viendo incluso ahora (...) en el debate en el Congreso sobre si los fondos para el alivio de desastres (naturales) deben ser incluidos en el presupuesto general para mantener abierto al Gobierno", señaló Obama, al inicio de una gira de tres días por Washington, California y Colorado para promover su plan de 447.000 millones de dólares para la creación de empleos.
"Lo peor de esto es que algunos de los republicanos que se están oponiendo a este alivio para desastres (vienen de distritos donde) sus votantes han sido los más golpeados por estos desastres naturales", subrayó.
Obama consideró que la resolución de la disputa fiscal en el Congreso dependerá de la presión que ejerza la opinión pública sobre los republicanos.
El mandatario instó nuevamente a los legisladores, en particular a los republicanos, a que "se dejen de juegos" y trabajen con él en una solución consensuada.
Pugnas
La pugna se debe a que los republicanos insisten en mayores recortes fiscales, en particular a un programa de energía "limpia" favorecido por los demócratas, para compensar el aumento en los fondos para la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA).
Sin la intervención del Congreso, FEMA podría quedarse sin fondos esta semana, cuando aún faltan meses para que concluya la temporada de huracanes.
El viernes pasado, el Senado de EE.UU., bajo control demócrata, rechazó una medida republicana para financiar las operaciones de la Administración hasta el próximo 18 de noviembre.
Con una votación de 59-36, los senadores bloquearon una medida republicana aprobada en la Cámara de Representantes que financiaría las operaciones del Gobierno federal más allá del fin del año fiscal actual, que expira el 30 de septiembre.
La medida de la Cámara Baja aporta fondos al Gobierno hasta el próximo 18 de noviembre, e incluye alrededor de 3.500 millones de dólares para la gestión de emergencias. Pero los demócratas consideran que esa cifra es insuficiente.
El Congreso debía tomar un receso legislativo esta semana pero el el líder de la mayoría demócrata del Senado, el demócrata Harry Reid, ha convocado una sesión especial para mañana, para intentar alcanzar un acuerdo bipartidista sobre la medida presupuestaria.
Reid reconoció el viernes que, ante el ambiente hostil en el Congreso, los senadores necesitaban tiempo para "enfriarse un poco" mientras se negocia una solución consensuada.
Reid expresó confianza en que, al final, "imperará la razón" para evitar un cierre parcial del Gobierno cuando concluya el año fiscal en curso.
No es la primera vez este año que las disputas sobre política fiscal escalan a tal grado que amenazan un cierre parcial de las operaciones del Gobierno federal, algo que no sucede desde la década de los noventa.
Los legisladores ya protagonizaron escenas similares a mediados de abril y durante las negociaciones para elevar el techo de la deuda nacional en agosto pasado.
Esta vez, sin embargo, las disputas internas de EE.UU. tienen el potencial de agravar más la ansiedad de los mercados por la débil recuperación económica del país, según observadores.
EFE