La Policía indonesia halló y desarmó un artefacto explosivo artesanal frente a una iglesia de la ciudad de Ambon, capital de la provincia de Molucas del Sur, solo un día después del ataque suicida en un templo cristiano de Java que mató a una persona e hirió a 18.
Se trata de la tercera bomba en Ambon en menos de una semana, tras la que estalló en la cuneta de una carretera el jueves pasado y la que explosionó en la terminal de autobuses de la ciudad el sábado, en ambas ocasiones sin causar víctimas.
El portavoz de la Policía Anton Bachrul explicó que "todas son bombas caseras y muy similares" por lo que suponen que "el autor es la misma persona", informó el diario The Jakarta Globe.
Las autoridades investigan si la cadena de artefactos explosivos en Ambon está relacionada con el atentado suicida del domingo en Surakarta, en el que un terrorista detonó una bomba adherida a su cuerpo en el interior de una iglesia cristiana.
La Policía ha corregido las víctimas de este ataque de dos, que anunció al principio, a solo una.
Indonesia vive en los últimos meses una ola de violencia perpetrada por pequeñas células radicales sin una aparente relación con las grandes organizaciones terroristas y cuyo fin es establecer un Estado islámico en el país musulmán más poblado del mundo.
Se trata de la tercera bomba en Ambon en menos de una semana, tras la que estalló en la cuneta de una carretera el jueves pasado y la que explosionó en la terminal de autobuses de la ciudad el sábado, en ambas ocasiones sin causar víctimas.
El portavoz de la Policía Anton Bachrul explicó que "todas son bombas caseras y muy similares" por lo que suponen que "el autor es la misma persona", informó el diario The Jakarta Globe.
Las autoridades investigan si la cadena de artefactos explosivos en Ambon está relacionada con el atentado suicida del domingo en Surakarta, en el que un terrorista detonó una bomba adherida a su cuerpo en el interior de una iglesia cristiana.
La Policía ha corregido las víctimas de este ataque de dos, que anunció al principio, a solo una.
Indonesia vive en los últimos meses una ola de violencia perpetrada por pequeñas células radicales sin una aparente relación con las grandes organizaciones terroristas y cuyo fin es establecer un Estado islámico en el país musulmán más poblado del mundo.
EFE
