Reconocimiento al dolor causado a las victimas de ETA y justicia especial para un periodo de transición. La izquierda abertzale acaba de presentar en el Kursaal de San Sebastián su "nueva aportación" para consolidar el fin de ETA en la que con el nombre de Viento de soluciónquiere romper el bucle en el que ha entrado la situación tras el anuncio etarra del 20 de octubre de cese definitivo de la violencia.
Mientras el Gobierno asegura que no habrá acercamiento de presoshasta que ETA no anuncie su disolución definitiva, la izquierda abertzaleconsidera estos imprescindibles y reclama incluso, sin llegar a citarla por su nombre, un amnistía ("es necesaria la vuelta al hogar de todos y todas las presas y exiliadas, procediendo a adoptar las medidas necesarias para que, tras un largo periodo de ausencia, puedan adecuarse a la vida ordinaria").
Por primera vez, la antigua Batasuna hace autocrítica en detalle sobre su actitud a lo largo de este medio siglo de terrorismo con las víctimas de ETA. En este sentido, manifiesta "su profundo pesar tanto por las consecuencias derivadas de la acción armada de ETA" como por su posición política con respecto a las víctimas "en la medida en la que haya podido suponer aunque no de manera intencionada, un dolor añadido o un sentimiento de humillación" para estas.
En el documento, difundido en euskera, castellano, francés e inglés, los radicales aceptan que mediante sus declaraciones o actos han podido "proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA" y que les ha "faltado hacia unas víctimas la sensibilidad mostrada con otras".
Aunque asegura que no quiere hacer una equiparación entre víctimas, cita como "un hecho histórico que nadie puede negar" las muertes producidas "por fuerzas parapoliciales, terrorismo de Estado, represión, políticas de tirar a matar, torturas y tratos inhumanos".
El texto supone un paso más de los que la izquierda abertzale viene dando desde que suscribió el Acuerdo de Gernika, pero sigue planteando reclamaciones básicas para la antigua Batasuna como el final de la política penitenciaria "totalmente inhumana", la "imperiosa" legalización de Sortu o que concluya definitivamente la "política de represión, acoso policial y detenciones contra militantes independentistas, así como los juicios y los encarcelamientos".
El texto pida a ETA que "deshaga sus estructuras militares" y ponga sus armas "fuera de uso", pero no llega a reclamar a la banda su disolución. Y esta petición la plantea de forma paralela a la exigencia a los Estados español y francés para que se "deshagan" o "readecúen" los "operativos armados y represivos creados para el conflicto", alusión a la exigencia tradicionales abertzale de que abandonen Euskadi el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Igualmente propone pra ese ewscentrario de "construcción de la apzel final de la legislación
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