El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, suele lanzar mensajes altisonantes en los preámbulos de las cumbres del G-20, casi siempre para reclamar más atención sobre los países menos desarrollados. A un mes de dejar el cargo, Zoellick ha sido meridianamente claro en su crítica a la gestión de la crisis del euro que han hecho los dirigentes europeos. Y puso como ejemplo el último fiasco: el rescate a la banca española. “Es alucinante que estemos hablando de poner 100.000 millones encima de la mesa y el mercado lo tome como algo negativo”, sentenció este domingo en un encuentro empresarial previo a la cumbre del G-20, en Los Cabos (México).
“Con el rescate a la banca española, tenían una bala y la han desaprovechado”, censuró el presidente del Banco Mundial, en un acto en el que también participaron la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. “La ejecución de la iniciativa fue extremadamente pobre”, señaló Zoellick.
Para el presidente del Banco Mundial, el diablo está en los detalles. En este caso, en la ausencia de detalles, algo que, en tiempos de incertidumbre, los mercados penalizan con dureza: “No se sabe de dónde va a salir el dinero, si va a ser del fondo temporal, o del fondo permanente de rescate, o qué efecto tendrá sobre la deuda pública [española]”.
El G-20 presiona para que la zona euro concrete cuánto antes los detalles del rescate para contener la incertidumbre. En la mano del Gobierno español está desvelar el examen encargado a dos evaluadores externos, que determinará cuánto de los 100.000 millones ofrecidos necesitará la banca española. El Ejecutivo de Rajoy tiene previsto desvelar esos datos antes del jueves. Y no es descartable que la presión del G-20 le lleve a anticiparlos.
Lagarde y Gurría optaron por una línea más políticamente correcta. “Estoy convencida de que el Gobierno español, junto con las autoridades europeas, serán capaces de poner en marcha el programa”, aseguró la directora gerente del FMI. “España puede manejar la recapitalización de sus bancos, cuando se desembolse el dinero veremos como se reduce la presión sobre su prima de riesgo”, sentenció el secretario general de la OCDE. A la escucha, 150 altos directivos de todo el mundo, con el presidente del BBVA, Francisco González, y el de Respol, Antonio Brufau, entre ellos.
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