China condenó hoy los "actos violentos" cometidos en Siria, a raíz del informe publicado este martes por la organización Human Rights Watch (HRW) que revela la ubicación de 27 centros de tortura en el país árabe, pero no aclaró si endurecerá su postura hacia el régimen de Bachar al Asad tras estas revelaciones.
"China siempre condena los actos violentos contra civiles inocentes", se limitó hoy a contestar el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, cuando fue preguntado en una rueda de prensa ordinaria sobre si la potencia asiática piensa "endurecer su postura" a raíz del texto de HRW.
La organización, con sede en Nueva York, denuncia la postura tomada por China y Rusia, que, siendo ambos miembros permanentes -con derecho a veto- del Consejo de Seguridad, "han bloqueado con anterioridad cualquier esfuerzo (del Consejo) para presionar a Siria por sus responsabilidades".
Liu, que evitó referirse a las acusaciones de HRW, trasladó la esperanza de China, como en otras ocasiones, de que todas las partes implicadas en el conflicto sirio adopten "honestamente" las resoluciones del Consejo de Seguridad y el plan de seis puntos del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan.
Además, el portavoz chino se refirió a la última reunión del Grupo de Acción para Siria celebrada en Ginebra (Suiza), en la que participaron EE.UU., Rusia, Reino Unido y China, así como Turquía, Irak, Catar y Kuwait, en representación de la región árabe.
"Esto responde a los intereses fundamentales y a largo plazo del pueblo sirio", señaló Liu en referencia al citado encuentro, cuya principal conclusión fue que formar un Gobierno transitorio en Siria que incluya a figuras del régimen y la oposición es imprescindible para detener el conflicto en el país y evitar que se propague.
Precisamente, esa iniciativa es el último punto en discordia para los principales grupos de la oposición siria, reunidos entre ayer y hoy en El Cairo, bajo los auspicios de la Liga Árabe, en un intento de unificar sus filas.
EFE