El papa Francisco saludó el domingo durante el Ángelus a los organizadores y atletas que participan en los Juegos Olímpicos de Sochi (Rusia) y deseó que sean "una verdadera fiesta del deporte y de la amistad".
El pontífice también recordó a "todos los que sufren los daños y problemas causados por catástrofes naturales en diferentes países del mundo".
"La naturaleza nos reta a ser solidarios y atentos a la salvaguarda de lo que ha sido creado", dijo a los numerosos peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El papa argentino urgió, de paso, a los fieles a "prevenir cuando es posible las consecuencias más graves" de estas calamidades.
Respecto a la Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el martes, el papa dio las gracias al personal médico y sanitario. "¡Qué trabajo tan valioso el suyo!, dijo instando asimismo a las familias a "no tener miedo de la fragilidad" de sus seres queridos golpeados por la enfermedad.
Comentando el pasaje del evangelio correspondiente a este domingo, subrayó el papel de los cristianos que es "transmitir al mundo la luz" de Dios.
"Nosotros los bautizados somos discípulos misioneros y estamos llamados a convertirnos en el mundo en un evangelio viviente: con una vida santa, daremos 'sabor' en los diversos ambientes y los defenderemos de la corrupción, como hace la sal, y llevaremos la luz de Cristo con el testimonio de una caridad genuina", dijo.
"¡Qué bella misión! [...]. Un cristiano debería ser una persona luminosa. ¿Cómo quieren vivir ustedes, como una lámpara encendida o apagada?", dijo el papa, saliéndose del texto que tenía preparado.
"¿Cómo? No se oye bien desde aquí... Sí, como una lámpara encendida, ésa es la vocación cristiana", añadió con una sonrisa.
Justo antes de abandonar el balcón del Palacio Apostólico, el pontífice invitó a los fieles a ir "siempre hacia adelante con la luz de Jesús" y terminó con su ya habitual "buen almuerzo y buen domingo".AFP