El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, expresó su deseo de que el conocido como caso "Vatileaks", la revelación y difusión de documentos privados en la época de Benedicto XVI, haya terminado "definitivamente" ya que "hizo sufrir injustamente" al papa alemán.
En una entrevista publicada hoy en la revista católica "Avvenire", Parolin también recordó que fue una época "muy dolorosa".
En los primeros meses de 2012, comenzaron a ser publicados documentos y cartas en los medios de comunicación italianos provenientes del apartamento pontificio de Ratzinger y que apuntaban a guerras de poder en el seno de la Iglesia.
El encargado de su difusión, finalmente, fue el mayordomo del papa, Paolo Gabriele, conocido desde entonces como "el cuervo" mientras que la publicación corrió por cuenta del periodista italiano Gianluggi Nuzzi.
Parolín también se pronunció sobre la futura construcción de un museo islámico en la ciudad italiana de Venecia, que está suscitando la polémica en el país y que ha provocado la ira del partido político secesionista y de tinte xenófobo Liga Norte (LN).
"Por nuestra parte (Vaticano), hay respeto hacia todo lo que proviene de otras religiones (...) pero, del mismo modo, pedimos que este respeto también sea para los cristianos que viven en regiones islámicas", aseveró el que fuera nuncio apostólico en Venezuela.
A raíz de las críticas de la ONU, el pasado miércoles, hacia la Santa Sede, a la que culpó de no haber reconocido nunca "la amplitud de los crímenes" de abuso sexual contra niños por parte de sacerdotes y de adoptar "políticas que llevaron a la impunidad de los responsables", Parolín afirmó que habrá respuesta por parte de la Iglesia.
"Una respuesta habrá pero será una respuesta articulada de modo que podamos ratificar nuestra voluntad de adecuarnos a las exigencias de la Comisión por los Derechos del niño y su convención. El hecho de que el Vaticano se haya unido muestra su voluntad de seguir todas sus indicaciones", subrayó.
Asimismo, el secretario de Estado habló sobre cuestiones diplomáticas y aseguró que la Iglesia es "un instrumento al servicio de su misión" y el papa su "primer agente".
"En un mundo plural, que de hecho corre riesgo de fragmentación, la diplomacia vaticana debe alinearse con los hombres y los pueblos para ayudarles a darse cuenta de que deben hacer converger sus diferencias para contribuir a la construcción de un mundo más humano y hermanado", aseveró.
Por último, Parolin hizo referencia a las relaciones Iglesia-Estado con Italia y su relación con la política y recomendó al Estado italiano caminar hacia una "sinergia" con el Vaticano y la Conferencia Episcopal italiana (Cei).
"La mejor fórmula es la colaboración a través de la cual se podrá contribuir eficazmente al bien común, que es la aspiración de la Iglesia en relación con el país", abogó el "número dos" vaticano.
EFE