AFP) – La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, pidió el viernes en la conferencia de Amigos del Pueblo Sirio reunida en París una resolución de la ONU sobre la transición en Siria con amenazas de sanciones.
“Es necesario acudir al Consejo de Seguridad y exigir que se aplique el plan de Ginebra que suscribieron Rusia y China (sobre una transición política en Siria)”, declaró Clinton.
“Hay que pedir una resolución que defina las consecuencias en caso de que no se respete el plan, incluso al amparo del capítulo VII”, agregó. Una resolución bajo el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas prevé sanciones o eventualmente recurrir a la fuerza contra los que no la respeten.
“Pediremos una resolución del Consejo de Seguridad bajo el capítulo VII incorporando el protocolo de Ginebra”, declaró igualmente el jefe de la diplomacia británica, William Hague.
El fin de semana pasado en Ginebra, en el marco del grupo de acción para Siria, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) acordaron el principio de una transición con un nuevo gobierno que incluya a representantes del régimen y de la oposición, pero sin mencionar explícitamente la partida del presidente sirio.
Desde entonces las interpretaciones sobre este acuerdo divergieron radicalmente. Si bien para las potencias occidentales este plan implica una transición sin Bashar el Asad, Moscú y Pekín, que se oponen a la partida por la fuerza del mandatario sirio, sostienen que corresponde a los sirios determinar su futuro.
China y Rusia, respaldo del régimen de Damasco, se oponen a una resolución al amparo del capítulo VII.
Clinton acusó a esos dos países, que boicotearon la reunión de París, de “bloquear” los progresos en Siria.
“No basta con venir a una reunión de los Amigos de Siria, la única forma de obtener resultados es que cada país representado aquí haga comprender a Rusia y a China que hay un precio a pagar”, argumentó ante el pleno de la tercera conferencia que reúne a un centenar de países occidentales y árabes, así como organizaciones favorables a la partida del presidente sirio.