EFE).- La campaña electoral en Venezuela ha empezado a caldearse a menos de cuatro semanas para los comicios del 7 de octubre, con enfrentamientos entre chavistas y opositores y acusaciones entre los partidos que han relegado el debate entre el presidente, Hugo Chávez, y su rival, Henrique Capriles.
Un enfrentamiento que dejó un número no precisado de heridos en Puerto Cabello se sumó hoy a hechos que han desviado la atención de las propuestas de campaña hacia las denuncias sobre presuntos planes desestabilizadores o de guerra sucia e incluso anuncios de deserción salpicados por acusaciones de sobornos.
En la recta final de la campaña, que concluirá el 4 de octubre, tres días antes de la elección, oficialismo y oposición buscan adeptos mientras el debate se ha centrado en la advertencia chavista sobre un supuesto “paquetazo” propuesto por la oposición, que, a su vez, niega la autoría de un programa difundido por el oficialismo.
Desde las filas opositoras se oyen, a su vez, denuncias sobre una “guerra sucia” con la “compra” de organizaciones luego de que cuatro partidos le retiraran al apoyo a Capriles e incluso un dirigente del partido Democracia Renovadora advirtió sobre el supuestoofrecimiento de 200.000 dólares para abandonar al líder opositor.
A las afueras del aeropuerto internacional Bartolomé Salom, de Puerto Cabello, 222 kilómetros al oeste de Caracas, se registraron hoy “enfrentamientos entre civiles de bando y bando” que dejaron “entre 4 y 6″ contusionados, dijo a Efe el diputado opositor Carlos Berrizbeitia.Sin embargo, del intercambio de las descalificaciones se ha pasado en la última semana a denuncias sobre amenazas de violencia entre simpatizantes de Chávez y Capriles, y hasta aincidentes ocurridos en Caracas y hoy en Puerto Cabello.
Un fotógrafo colaborador de la Agencia Francesa de Prensa (AFP) fue herido de manera leve, según confirmó a Efe una fuente de ese medio, que indicó que fue golpeado a patadas por seguidores del chavismo y que una persona le robó la cámara.
Berrizbeitia afirmó que frente al aeródromo se encuentra un comando de la Guardia Nacional (policía militarizada) “que al principio no actuó para controlar los violentos” e indicó que personas vestidas de rojo atravesaron un camión en la vía que comunica a Puerto Cabello con Valencia, la capital del estado Carabobo.
Indicó que en el lugar aparecieron “entre 100 y 150 personas armadas” y que fue incendiado un vehículo de sonido.
El alcalde de Puerto Cabello, el oficialista Rafael Lacava, culpó, entretanto, a los seguidores de Capriles de los incidentes y aseguró en declaraciones al canal estatal Venezolana de Televisión (VTV) que fueron “sorprendidos por una lluvia de piedras y cohetones, de bombas molotov”.
Advirtió que estos hechos generaron “una gran cantidad de heridos” que no precisó y acusó a los opositores de tener “un guión preparado”, “un grupo de mercenarios contratados para generar zozobra” y “agredir”.
Lacava apuntó que los simpatizantes del chavismo estaban haciendo su “trabajo de defender y plantear un debate serio de ideas”.
Al reaccionar a lo ocurrido hoy en Puerto Cabello, Capriles acusó a Chávez de propiciar acciones violentas y “sembrar el miedo”.Ya el domingo pasado, Capriles había dicho que debió suspender un acto de campaña en una zona popular del oeste caraqueño luego de recibir informes sobre supuestas amenazas de un grupo de simpatizantes de Chávez, según informó su equipo de campaña.
“Es usted el que quiere ese escenario, es usted el que quiere sembrar el miedo, es usted el que quiere que los venezolanos se sigan enfrentando unos con otros”, subrayó Capriles, quien llegó a Puerto Cabello vía marítima tras los choques en el aeropuerto.
Capriles consideró que esas acciones “no son espontáneas” y pidió a sus partidarios no caer en provocaciones y dejar que esos grupos radicales “se queden con las ganas”.
Por su parte, Chávez ha llamado a sus simpatizantes a impulsar “la campaña perfecta, la batalla perfecta y la victoria perfecta” para “neutralizar” supuestos planes desestabilizadores de “la extrema derecha”, al tiempo que ha descartado alguna vinculación del oficialismo con el retiro de apoyos a su rival.