AFP) – Las advertencias del presidente Hugo Chávez de que si la oposición llega al poder se abrirá en Venezuela un período de desestabilización que podría derivar “hasta en una guerra civil” buscan conquistar a los indecisos a un mes de las elecciones, estiman analistas.
El mandatario, que lleva casi 14 años en el poder y busca el 7 de octubre prolongar seis años más su mandato, ha advertido varias veces que un hipotético gobierno opositor eliminaría entre otros los programas sociales de alimentación, salud o vivienda, pilares de su “revolución socialista”.
El presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, considera que estas advertencias son más “un tema político que un riesgo real (de guerra civil), una finta de póquer que el presidente Chávez coloca sobre la mesa para colocar miedo en el elector independiente y que vote por él”.El plan de gobierno opositor tiene un “paquetazo neoliberal oculto” que “pretende retrotraernos a una Venezuela que ya no resistiría esto y entraría de nuevo en un nefasto escenario, en una profunda desestabilización (…) que nos acercaría a lo mejor hasta a una guerra civil”, dijo Chávez el lunes a una radio local.
“‘Si no está Chávez viene el caos, si no está Chávez viene la guerra civil, si no está Chávez viene el golpe de Estado’. El presidente está incorporando un costo a la decisión de votar por (el candidato opositor Henrique) Capriles: un país en guerra, convulsionado”, explica León a la AFP.
La mayoría de los sondeos, muy dispares en Venezuela, siguen otorgando a Chávez una cómoda ventaja de entre 10 y 20 puntos porcentuales frente a Capriles, aunque con un margen más estrecho que en consultas anteriores.
Además arrojan un elevado porcentaje de los llamados “ni-ni”, un vasto y crucial grupo que integran indecisos, abstencionistas e incluso aquellos electores que se han decidido, pero que podrían cambiar de opinión.
“La intención de Chávez es inhibir el voto hacia Capriles”, ex gobernador del populoso Estado de Miranda (norte) que cuenta con el apoyo de una coalición de partidos opositores, coincide la analista política Mariana Bacalao, profesora de la Universidad Central de Venezuela.
Para León, que calcula que los “ni-ni” podrían ser un 30% de los 19 millones de venezolanos llamados a las urnas, el presidente busca “amedrentar” a quienes prefieren la paz antes que el cambio.
“Si eso funciona o no, no lo sé. Pero hay una parte de los electores que no quiere conflicto. Si Chávez les convence de que si pierde va a haber conflicto, podría ser un factor importante para él”, sostuvo.
Según Bacalao, la respuesta de Capriles a los ataques de Chávez ha sido reiterar que mantendrá los programas sociales y “dejar claro que no es cierto que sin el presidente Chávez se van a acabar las ayudas”.
Por su parte, la analista Carmen Beatriz Fernández, presidenta de la consultora DataStrategia, opina que Chávez está desplegando esta “estrategia del miedo” para evitar perder electores entre sus filas, lo que ella denomina “transfuguismo electoral”.
“Ya lo había hecho antes, por ejemplo en las elecciones legislativas de 2010. Pero ahora lo hace con mayor contundencia, porque se ha dado cuenta de que ya no está tan holgado como antes” (en los sondeos), agrega Fernández.
Fernández señala por último que Chávez suele agitar el fantasma del pasado, al identificar a Capriles con los dos partidos, Copei y Acción Democrática, que ahora lo apoyan y que se repartieron el poder durante 40 años hasta que el mandatario llegó a la Presidencia en 1998.
Y también se ha usado esa estrategia en otros países, recuerda Fernández. “En las elecciones mexicanas, el Partido Acción Nacional (PAN) usó la estrategia de advertir con el lobo del pasado, que es el PRI (Partido Revolucionario Institucional, en el poder entre 1929 y 2000)”.
“Y la gente pensó: ‘¿Y qué problema hay si vuelve el PRI?’”, agregó sobre la victoria del candidato de ese partido Enrique Peña Nieto.