La Corte Constitucional de Colombia señaló que el Congreso del país andino es el único que puede, mediante una ley, prohibir las corridas de toros en las plazas colombianas.
Según la página electrónica del diario El Tiempo, que cita una nota de prensa de la Corte, el alto tribunal "encontró que no existe una norma legal que imponga la prohibición general de los espectáculos taurinos".
La víspera, a través de un fallo, la Sala Plena de la Corte señaló que los alcaldes no pueden prohibir "la fiesta brava" en plazas en donde esos espectáculos son permanentes.
Al ahondar sobre las competencias de los alcaldes para prohibir la lidia, la Corte indicó que "la vía institucionalmente aceptable para esa decisión es el debate democrático y no la extensión riesgosa y jurídicamente injustificada de las competencias de las autoridades locales, en tanto ejercen la función de policía".
Y agrega, "es esta prudencia en la definición del marco de la acción de las autoridades públicas la que justifica, en últimas, el sentido de la presente sentencia".
Tradicionalmente, las plazas de Bogotá, Cali, Medellín y Manizales acogen desde hace más de medio siglo las corridas de toros que se cumplen cíclicamente entre los meses de noviembre, diciembre y enero.
A mediados de año, la Alcaldía de Bogotá revocó el contrato de arrendamiento de la plaza de toros Santamaría con la Corporación Taurina.
Por su lado, el secretario privado de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Jorge Rojas, dijo a la página electrónica del diario El Espectador que la Administración Distrital no conoce oficialmente un comunicado de la Corte sobre las corridas de toros.
Sin embargo, indicó que el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, no ha prohibido esta actividad y que lo que ocurre es que ha rescindido un contrato que había "con unos particulares para usar una plaza de bien público de la ciudad a servicio de las corridas de toros".
Desde su campaña electoral, Petro había indicado que la Santamaría no sería más escenario de corridas y que se convertiría en un centro cultural alrededor de la vida "y no de la muerte".
EFE