Con la apertura de la línea, que coincide con el 119 aniversario del nacimiento de Mao Zedong, las autoridades chinas baten su propio récord de longitud, ya que hasta ahora la línea más larga del mundo era la que unía Pekín y Shanghái, de 1.318 kilómetros.
La nueva infraestructura une la capital china con la ciudad más próspera del sur del país en 12 horas menos que los trenes convencionales, y también serán importantes sus conexiones intermedias, con las principales urbes del interior de China (entre ellas Shijiazhuang, Zhengzhou, Wuhan y Changsha).
La mitad de la línea (entre Zhenzghou, en el centro de China, y Cantón, en el sur) ya estaba en funcionamiento, y mañana se abre el tramo norte de ésta, entre Pekín y Zhengzhou, culminando un trayecto que pasará por seis provincias chinas en las que vive casi la mitad de la población nacional (600 millones de personas).
El choque de dos trenes de alta velocidad en julio del pasado año, en el que fallecieron 40 personas, levantó sospechas en torno a la rapidez con la que China construyó la mayor red mundial, en cuatro años y partiendo de cero.
Tras aquel siniestro, que motivó muchas críticas también por la opacidad informativa y la gestión de las tareas de rescate, Pekín decidió ralentizar la construcción de nuevas líneas, también teniendo en cuenta que el anterior ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, será juzgado por corrupción en el proceso de construcción de esta red. EFE
La nueva infraestructura une la capital china con la ciudad más próspera del sur del país en 12 horas menos que los trenes convencionales, y también serán importantes sus conexiones intermedias, con las principales urbes del interior de China (entre ellas Shijiazhuang, Zhengzhou, Wuhan y Changsha).
La mitad de la línea (entre Zhenzghou, en el centro de China, y Cantón, en el sur) ya estaba en funcionamiento, y mañana se abre el tramo norte de ésta, entre Pekín y Zhengzhou, culminando un trayecto que pasará por seis provincias chinas en las que vive casi la mitad de la población nacional (600 millones de personas).
El choque de dos trenes de alta velocidad en julio del pasado año, en el que fallecieron 40 personas, levantó sospechas en torno a la rapidez con la que China construyó la mayor red mundial, en cuatro años y partiendo de cero.
Tras aquel siniestro, que motivó muchas críticas también por la opacidad informativa y la gestión de las tareas de rescate, Pekín decidió ralentizar la construcción de nuevas líneas, también teniendo en cuenta que el anterior ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, será juzgado por corrupción en el proceso de construcción de esta red. EFE