El escaso margen de votos que dio la presidencia a Nicolás Maduro podría poner en jaque la estabilidad del Gobierno haciendo muy difícil su capacidad de gobernar y encauzar la economía venezolana, según publica Morgan Stanley en un informe.
El problema, según los analistas estadounidense es que existen «dos visiones económicas» en Venezuela. Una falla que incluso se ahonda en el propio Gobierno.
«La capacidad de la administración para gobernar con eficacia quedará limitada por luchas internas de poder. Es muy difícil crear una agenda política unilateral», explicó la banca estadounidense.
Las dos posturas económicas se dirimen entre «un mayor control por parte del Estado de la economía y un intento de limitar la emisión de deuda» y un sistema mixto, que mezcle la intervención de la administración con las iniciativas privadas y que por lo tanto supondría una mayor exposición exterior de la economía venezolana.
Morgan Stanley cree que Venezuela se asoma a una inevitable «parálisis económica» en un marco de deterioro global. La división en estas dos ramas ha «disminuido la potencia productiva del país, sobre todo en sectores clave como la agricultura, provocando una dependencia cada vez más fuerte de las importaciones». Además, Venezuela habría «disminuido la producción y exportación de petróleo», lo cual ha provocado una caída de los ingresos. Un crecimiento menor al estimado
Morgan Stanley rebate las cifras proporcionadas por el Banco Central de Venezuela, que hablaban de una inflación del 7,9% solo en el primer trimestre del año, que repuntaría al 14% o al 16% durante 2013.
De acuerdo con la banca de inversión, Venezuela crecerá un 1,9% (por debajo del 3% al que crece América Latina) , con una inflación superior al 26%.
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