(Phnom Penh, 16 de mayo. AFP) – El derrumbe del techo de una fábrica de calzados en el sur de Camboya dejó por lo menos dos muertos, un nuevo drama de la industria textil asiática tres semanas después de la muerte de más de 1.000 obreros en Bangladesh.
“Dos trabajadores, un hombre y una mujer, murieron, y otros seis resultaron heridos. Todavía no podemos decir si hay personas atrapadas entre los escombros”, dijo a la AFP Khem Pannara, el jefe de la policía de la provincia de Kampong Speu.
Uno de los trabajadores de la fábrica de calzados, que se identificó como Sokny, de 29 años, dijo que el derrumbe ocurrió de pronto en medio de la jornada laboral.
“Todos los días hay más de 100 personas trabajando en esa área, pero no sé cuántas estaban allí esta mañana. Estoy asustado y no puedo parar de llorar. Vi mucha sangre entre los escombros”, dijo.
La policía indicó que el propietario de la fábrica, situada a 50 km al sur de Phnom Penh,estaba siendo interrogado. Según Say Sokny, un responsable del sindicato Free Trade Union, el taller “Wing Star Shoes” pertenece a un taiwanés y provee a la marca de accesorios de deporte japonesa Asics.
Camboya exportó el año pasado productos textiles y calzados por valor de 4.600 millones de dólares, un suma enorme para un país que pone en marcha poco a poco su economía tras varios décadas de guerra civil.
Unos 650.000 obreros trabajan en el sector, de los cuales unos 400.000 para las empresas exportadoras. Las huelgas y las manifestaciones contra las duras condiciones de trabajo son frecuentes
En una de esas protestas, en febrero de 2012, un hombre armado disparó contra los trabajadores en huelga en la fábrica de Kaoway Sports (proveedor de Puma) y dejó tres mujeres heridas.
El incidente llevó a Puma y otras grandes marcas a expresar su “enorme preocupación” por lo ocurrido y a pedir una investigación.
Desmayos colectivos
En los últimos años también han sido frecuentes los desmayos colectivos de trabajadores, un fenómeno atribuido según los sindicatos al agotamiento, la escasa alimentación y la mala ventilación de los talleres.
Después de varios meses de protestas, el sueldo mínimo de los centenares de miles de trabajadores que producen tejidos y prendas para gigantes de la industria textil como el estadounidense Levi Strauss o el sueco H&M pasaron de 61 a 75 dólares.
“Los talleres camboyanos no respetan los criterios internacionales de seguridad“, afirmó el jueves a la AFP Rong Chhun, presidente de la Confederación de Sindicatos de Camboya.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), que inspecciona regularmente los talleres del país, pide desde hace varios meses un nuevo acuerdo sectorial entre el gobierno, los sindicatos y los empresarios.
El mes pasado un edificio de nueve pisos que albergaba fábricas textiles se desplomó en Bangladesh provocando la muerte de 1.127 personas, una tragedia que generó intensa preocupación en todos los países asiáticos sobre las condiciones de seguridad en los lugares de trabajo.
El desastre de Bangladesh llevó a numerosas e influyentes marcas del sector textil a pedir más seguridad para los obreros en las fábricas en los países de la región.
H&M y la también la española Inditex tomaron la iniciativa de firmar un acuerdo para mejorar la seguridad contra incendios en las fábricas para evitar futuros desastres, y otras marcas como Benetton, Carrefour y Marks & Spencer también se sumaron.